Sé que en España se atraviesan momentos de depresión nacional. Lo noto desde aquí incluso al teléfono. Hasta me llaman para preguntarme si esto es como lo ‘Tangentopoli’ en Italia en los noventa. Hombre, yo creo que todavía hay clases. Por si se lo preguntan, lo de Bárcenas en los diarios italianos ocupa artículos pequeños en páginas secundarias.
Sí, ya sé que el marido de la ministra Ana Mato facturaba la comunión de la niña y lanzamientos de confeti. Pero por si sirve de algo, para que no se lo tomen a la tremenda, vamos a hacer una lista sucinta de los últimos ejemplos de gastos políticos a cargo del contribuyente que han ido saliendo a la luz en Italia. La mayoría son del parlamento regional de Lombardía, donde había ya 62 diputados del PDL de Berlusconi y la Liga Norte bajo investigación. Pero ahora también han salido 29 de la oposición. En total, entre todos se han gastado 2,5 millones de dinero público entre 2008 y 2012. Se lo gastaron hasta en Nutella (nuestra Nocilla), así que les podríamos llamar la banda de la Nocilla. Son unos golosones incorregibles que no pueden parar de meter la mano en bote.
Para alcanzar a comprender el concepto de las instituciones de estos personajes, basta mirar las facturas que han pasado como gastos para “fines institucionales”:
-Empezamos con el símbolo de esta última hornada: 2,70 euros en Nutella. Paraguas automático, 9,40 euros. Recambios de bici, 55 euros. Material informático, 3.000 euros. Curso de inglés, 146,80 euros. Carlo Spreafico, del Partido Demócrata (PD), centroizquierda.
-Otro curso de inglés más caro, 2.300 euros. Giuseppe Adamoli, PD.
-Cena de 644 euros, de los cuales 180 euros en ‘tartufo’ blanco. Davide Boni, Liga Norte.
-Cena con amigos en restaurante tres estrellas Michelin, 3.320 euros. Entre otras cosas en vino (200 euros), champán (400 euros) y tartufo (822 euros). Giorgio Pozzi, PDL.
-Comida con langosta, 200 euros. Elisabetta Fatuzzo, Partido de los Jubilados (44 años, en este caso la edad es importante).
-Aperitivo de 832 euros en el hotel Principe Savoia de Milán. Ipad de 750 euros, aunque ya le regalaban uno como diputada regional, Nicole Minetti, PDL, la famosa amiga de las fiestas de Berlusconi. Ha rozado lo sublime pasando los 16 euros del libro ‘Mignottocrazia’ (Putocracia), un libro sobre ella y otras mozas entradas en política por méritos ajenos a ella.
-Ficus y plantas para las oficinas, 431 euros. IDV, el partido del exmagistrado Antonio Di Pietro.
-300 euros en ramos de mimosa para la fiesta de la mujer del 8 de marzo. IDV.
-960 euros en cremas y productos cosméticos, regalo para las colaboradoras del grupo el día 8 de marzo. PD.
-Necrológica, 353 euros. Chiara Cremonesi, SEL,comunistas.
-Almohadillas para las patas de las sillas, 1 euro. Más 62 bolígrafos por un total de 1.500 euros en Navidad. Valerio Bettone, UDC, democristianos.
-Vamos con uno de los genios, Pierluigi Toscani, Liga Norte. Cartuchos de caza, 757 euros. Además, en momentos de hambre, rosquillas, helados, chupa chups y, de paso, la compra de casa, con fruta, verdura y salchichas. Y un clásico: ostras, 127 euros. También papeletas de ‘Rasca y Gana’.
-Mi favorito, es como un niño que se funde la paga: Red Bull, patatas fritas, galletas de chocolate, huevos Kinder, cigarrillos, aperitivos, videojuegos, minifrigorífico, localizador de controles de velocidad. Es, cómo no, Renzo Bossi, el ‘Trotta’, el Trucha, el hijo de Umberto Bossi.
-Un reloj de arena. Liga Norte.
-Fuegos artificiales. Liga Norte.
-Banquete de bodas de la hija, 6.000 euros. Stefano Galli, Liga Norte.
-Cuatro cámaras digitales en lista de bodas, 500 euros. Guido Galperti, PD.
-Contador Geiger para medir radioactividad, 395 euros. Stefano Zamponi, IDV.
-Un cojín, 22 euros. Más de 1.500 euros en productos alimenticios en un monasterio. En Navidad, 1.772,64 euros en una pescadería y 788 euros en vino. Gianmarco Quadrini, UDC.
-Y uno pasaba hasta el pan.
En el parlamento regional de Liguria, capital Génova, ha sido el grupo de IDV se ha quedado solo tirando el dinero por la ventana:
-Vinos franceses, 3.700 euros y once corbatas por 320 euros. Obra de Nicolò Scialfa.
-Braguitas, sujetadores push-up y pareo, 160 euros. Algodón y acetona para limpiar el esmalte de uñas, 19 euros. No se sabe si esta decisiva partida presupuestaria corresponde a Marilyn Fusco o Maruska Piredda, azafata de Alitalia que se hizo famosa en las protestas de la crisis de la compañía aérea y acabó entrando en política.
-Colonias Bulgari y Gucci, 350 euros.
-Ropa de marca, 1.018 euros.
-Peletería, 2.466 euros.
-Ipad y demás cosas tecnológicas de moda, 2.500 euros.
-Cinco ficus, 1.000 euros.
-Tienda de aeromodelismo, 103 euros.
-Un sillón, más de mil euros.
-Comida para gatos.
En Lazio, escenario de las aventuras de ‘er Batman’ y compañía, que ya hemos contado, también ha aparecido ahora esta perla en la lista de gastos del Gobierno regional:
-Un cura. Hay uno desde 2003 que cobra 25.000 euros al año por decir alguna misa cuando le llaman. Es decir, en diez años, casi 200.000 euros. Le pagan, aparte, la plaza de aparcamiento y el reembolso de gastos de material litúrgico.
Para que no se depriman, una historia con final feliz.
En mayo de 2011, el profesor-príncipe Marino Massimo De Caro, que ni era profesor ni era príncipe, se hizo cargo de la ilustre y pretigiosa biblioteca Girolamini de Nápoles, la más antigua de la ciudad, inaugurada en 1586. Un tesoro de la cultura italiana con ediciones originales de siglos. Un cura, padre Marsano, le hizo director y no se hable más.
Con la excusa de poner orden, cierra la biblioteca, manda a casa a los encargados y lleva a sus amigos, entre ellos un exguardia de seguridad argentino y su novia ucraniana. Se dedicaron a robar todo lo que pudieron, más de 4.000 libros. Día y noche, en cajas, tirando los libros desde las estanterías para ir más rápido.
Dos hermanos de más de sesenta años, Piergianni y Mariarosaria Berardi, trabajaban en la biblioteca como bedeles con contratos precarios. Sospecharon algo. El cura ha apagado las cámaras de seguridad, pero ellos las volvieron a encender y grabaron el saqueo.
Al final la banda fue arrestada.
El falso profesor-príncipe tenía referencias. Era amigo de Marcello Dell’Utri, buestro viejo concoido y mano derecha de Berlusconi, que le enchufó en el ministerio de Agricultura y luego, claro está, en el de Cultura. A Dell’Utri, apasionado bibliófilo, le regaló una decena de libros antiguos de enorme valor. Luego dijo que no sabía de dónde habían salido.
Los dos conserjes con un sueldo de miseria han sido condecorados por el presidente de la República como Cavalieri al Mérito. ¿Entrañable, no?
Moraleja. Luego pasa lo que pasa. El miércoles pasado Nápoles se quedó sin autobuses. No había dinero para pagar el gasóleo. La compañía solo avisó del parón en los transportes la víspera, y por Facebook. Es decir, nadie se enteró y unas 400.000 personas estuvieron esperando el autobús como unos pasmarotes.
Así que hala, a votar dentro de dos semanas.