Por méritos propios y pero que muy sobrados, el honor de retomar esta entrañable sección de maravillas cotidianas recae en la ministra de Educación italiana, Mariastella Gelmini.
La ministra de Educación se felicita por el experimento con neutrinos
El ministerio de Educación italiano se ha congratulado de forma inolvidable por el éxito del sonado experimento del CERN de Ginebra que, lanzando un haz de neutrinos al laboratorio subterráneo del Gran Sasso, en Italia, ha descubierto con asombro que, por lo que parece, han superado la velocidad de la luz, lo que pondría en jaque las teorías de Einstein. Se espera un segundo experimento para ratificar los sorprendentes resultados, recibidos entre el escepticismo y la curiosidad. Pero entretanto la comunidad científica, y el mundo en general, se puede cachondear con la nota de la ministra de Educación, Mariastella Gelmini, firmada por ella misma en persona. Además de lanzarse a dar ya por sentado que se trata de “una victoria histórica” que “cambiará el rostro de la física moderna”, de repente perpetra un segundo párrafo que es lo realmente histórico:
“A la construcción del túnel entre el CERN y los laboratorios del Gran Sasso, a través del cual se ha realizado el experimento, Italia ha contribuido con una partida estimada a día de hoy en torno a los 45 millones de euros”
¿Comprenden? ¡Estos cenutrios creen que han construido un túnel entre Ginebra y el monte del Gran Sasso, en Abruzzo, más o menos 732 kilómetros, para lanzar los benditos neutrinos! No se sabe si fueron en fila bailando la conga o cogiendo el tren chuchú, con una paradita para mear en una estación de servicio. Menos mal que era la ministra de Educación.
Luego es que encima reaccionaron mal. En una primera nota los chicos del ministerio se pusieron gallitos: “Es una polémica sin ningún fundamentpo y absolutamente ridícula. Es obvio que el túnel es aquel en el cual circulan los protones en cuya colisión tiene origen el haz de neutrinos que atravesando la tierra alcanza el Gran Sasso”. Ya, ya, si está clarísimo.
Pero como no coló, en una segunda nota, más humilde, admitieron que el comunicado “podía haber sido más preciso”.
Pero no se pierdan el epílogo. Después de seis días de bromas y chascarrillos salvajes, por fin dimitió el portavoz de la ministra, Massimo Zennaro. Que, no obstante, aclaró que no había sido el autor material del comunicado, que sigue suelto, o suelta. Que, no obstante, sigue siendo responsable de la dirección para el estudiante del ministerio. Y que, además, encontró otro trabajo enseguida. ¿Dónde? Como asesor personal de Barbara Berlusconi, hija del primer ministro. En concreto con la misión de potenciar su imagen desde el punto de vista cultural.
(Varios diarios, 23 de septiembre y siguientes)
He aquí el comunicado:
Y esta es la ministra, según los retratos hagiógraficos que circulaban minutos después por la Red: