I compagni
El otro día iba por la calle y me abordó un tipo. Iba elegantemente vestido, fumaba y rápidamente me di cuenta de que me quería vender algo. «¿Eres de los nuestros?», me preguntó. «No sé», contesté, «¿quiénes sois?». «¡Somos nosotros, los camaradas!», dijo con cierta convicción. Hubiera jurado que era alguien pijo de derechas, pero en ese sentido el aspecto en Italia engaña bastante, y sacó un ejemplar de ‘Lotta comunista’, «òrgano dei gruppi leninisti della sinistra comunista», año 45 de publicación. «Ah sí, ¿sois extraparlamentarios no?», pregunté, echando mano de un vocablo muy socorrido en estos casos. «¡No, no, anti, anti-parlamentarios!», y pasó a explicarme sus opiniones. Le compré un número de ‘Lotta comunista’ (un euro) por curiosidad. Muy sesudo. Luego en el mercado, entre las lechugas, me acerqué al puesto de libros viejos y, qué casualidad, hallé uno muy viejo, más o menos de los años cuarenta o cincuenta. Era de Stalin. Título, ‘El leninismo’. Lo curioso era la editorial: Edizioni S.T.A.L.I.N. (Società Tipogràfica Anònima Libraria Italia Nuova). Primera frase, del prólogo anónimo: «Este libro no se lee, se estudia». En su época valía 25 liras, pero a mí me costó también un euro, aunque con un dos por uno, así que me llevé otro muy gracioso: ‘Cómo asesinar a la mujer, y por qué’, de un tal Antonio Amurri, de 1974. Al final incluye un cómodo cuadro sinóptico con los tipos de esposas, el modo de salvarse de ellas y, en caso contrario, el mejor método de supresión. Es un libro humorístico. Luego por fin me dejé de líos e hice la compra.