La actualidad sigue actuando, pero yo debo dejarles. Tengo que cumplir unos compromisos de trabajo veraniegos y después me iré de vacaciones. Pero no se preocupen, no echo todavía la persiana. Como estamos en la era del refrito y el corta y pega he decidido aprovechar yo también el espíritu de los tiempos. Una vez comenté que en su día perpetré unas columnitas estivales sobre cositas de Italia. Las he recuperado para poder rellenar esto y porque es muy probable que alguien no las haya visto, pues eran las páginas de verano y uno tiene cosas mejores que hacer, o si las vio las habrá olvidado, dada su intrascendencia. Además por este blog pasa gente de lugares donde no se lee el periódico, el mío quiero decir, aunque seguramente ya existen amplios conglomerados humanos donde es así, que no se lee un periódico. Total, está todo en Internet ¿no?, dicen los benditos.
Por aquí todo sigue más o menos igual. En el apartado de eterno retorno se reabre la masacre de Falcone y Borsellino, con explosivas revelaciones de Totó Riina acusando a los servicios secretos y nuevos documentos descartan que Estados Unidos estuviera detrás del bandido Salvatore Giuliano en los años cuarenta. Ah, tres monjas que iban a 180 por la autopista cerca de Turín (norte) alegaron como excusa que estaban muy preocupadas por la salud del Papa, que acababa de romperse la muñeca. Pero les cayeron igual 375 euros y un mes sin carné.
En fin. Cuando volvamos aquí seguirá Italia, país entrañable.
Para ponernos veraniegos veamos a Stefania Sandrelli tomando el sol en la playa de Ostia (Roma, centro), aunque como aquí, que abrimos por vacaciones, a ella le toca abrir la persiana de la peluquería. Es el arranque de ‘Io la conoscevo bene’ (Yo la conocía bien, Antonio Petrangeli, 1965):
A continuación, los dos primeros textos. Irán de dos en dos porque son pequeñitos y se quedan en muy poca cosa. Fueron publicados en el verano de 2007. Tendrán que perdonar lo mal que habrán envejecido. Lo único que he hecho ha sido añadir algún aderezo visual, porque las ciencias adelantan que es una barbaridad. Hasta pronto. Arrivederci.
1. Veraneo en familia
Maria Castellese, señora de Mimmo Raccuglia, lo ha vuelto a hacer. Por decimotercer año consecutivo se ha ido de vacaciones. A mediados de junio, en cuanto empieza el verano, coge a los dos niños y desaparece. No tendría nada de raro si no fuera la mujer de un ‘capo’ de la Mafia que lleva 13 años en busca y captura. Se supone que la Policía vigila su casa de Altoponte, en las afueras de Palermo, para seguir a su mujer y que les lleve hasta él, pero cada año les da esquinazo. Los Raccuglia no perdonan, las vacaciones son las vacaciones, y según acaba el colegio la familia se vuelve a reunir. Dónde, no se sabe, pero en Sicilia hay muchos rincones bonitos con playa.
En septiembre, María Castellese y los chicos vuelven a casa como si tal cosa, morenos y con buen aspecto. El pequeño tiene cinco años: es que en uno de esos largos veranos ella regresó embarazada. Raccuglia, condenado a tres cadenas perpetuas, está huido, pero mantiene intacto su sentido familiar. En Cosa Nostra estas cuestiones no se toman a la ligera. Raccuglia, sin ir más lejos, estranguló a un ladronzuelo del barrio, Antonino Vassallo, que había robado sin permiso. Pero por orden de sus jefes se lo cargó el día antes de que se casara, para evitar la desgracia de dejar una viuda. Nada, detallitos familiares.
2. Estrellas mutantes
El regreso de las Spice Girls dio mucha impresión, es verdad, porque no parecían ellas, sino sus primas las del pueblo. Pero eso no es nada comparado con los sustos que uno se pega en Italia. Kabir Bedi, el mítico Sandokán, aparece en jurados de misses. Rocco Sifredi, el ídolo porno, ha terminado anunciando patatas fritas. El no menos legendario Jaimito (aquí, Pierino), de las películas verduscas, que es el ex-electricista Alvaro Vitali, aún colea haciendo imitaciones. Entró en el circuito de ‘realitys’, claro, en concreto en ‘La factoría’, donde se recluía a famosos de desecho a hacer de porqueros, pero el pobre lo tuvo que dejar por el asma.
Aquí, naturalmente, se abre un filón. Cualquier superviviente de los ochenta quiso algún día lapidar a los de Mammamammamamaria, pues bien, aunque ha tardado la venganza se ha cumplido: Marina Occhiena, la chica de Ricchi e Poveri, acabó en ‘L’isola dei famosi’. Como el ciclista Chiappucci, el delantero Schillaci o el cantante Albano, que además fue abandonado por su mujer durante el naufragio. El actor Fabio Testi cayó más lejos: se presentó a alcalde de Verona en 2007, por el partido Cattolici Liberali Cristiani (obsérvese la curiosa redundancia confesional), y obtuvo el 0,437% de los votos. Entre eso y salir en ‘Torrente 3’ parece que no se ha recuperado.
(Publicados en El Correo en julio de 2007)
Aquí tenemos a Ricchi e Poveri (Ricos y pobres) en una exhibición de las posibilidades del playback y, en un irresistible encadenado de sábado noche, a Albano y Romina Power. Qué más se puede pedir.