Dos reclusos se fugan con unas sábanas tras serrar los barrotes
Dos reclusos de 42 y 34 años de la cárcel de Rebibbia, en Roma (centro del país), se fugaron ayer con el más clásico de los métodos: serraron los barrotes de una ventana y se descolgaron con unas sábanas anudadas. Luego saltaron un muro. Debían cumplir cuatro años de prisión por diversos atracos. Declaraciones de la mujer de uno de ellos: “Mi marido seguramente se ha escapado porque echa de menos a su familia”. De todos modos apuntó que tenía esperanzas en la inminente amnistía que proyecta el Gobierno para vaciar un poco las cárceles.
(Varios medios de hoy)
Asalto armado con una excavadora a una cámara de seguridad
Un comando de profesionales asaltó en la madrugada de ayer la cámara acorazada de una empresa de seguridad con una excavadora y un plan perfectamente estudiado. Sucedió en las afueras de Bari (sur). Varios hombres armados con metralletas derribaron el muro del edificio y se llevaron dos cajas fuertes. Mientras huían fueron tirando clavos por la carretera a sus perseguidores y para cubrir su fuga hasta bloquearon las vías de acceso al lugar con tres autobuses robados previamente en Potenza, que está a dos horas de allí.
(Corriere della Sera de hoy)
Nuevas andanzas del asesor que obligaba a su secretaria a acostarse con él por contrato
Otra increíble aventura del inenarrable Luigi De Fanis, ese asesor de Cultura del gobierno regional de Abruzzo que puso a su secretaria en el contrato que debía acostarse con él cuatro veces al mes. En el caso ha destacado por peso propio una investigación por intento de homicidio. De Fanis, loco por su secretaria, le prometió que por amor a ella era capaz de matar a su mujer. Dicho y hecho, esa noche la llamó por teléfono y le dijo que lo había hecho: la había envenenado, concretamente, y le hizo oír los alaridos de su esposa al aparato. Cuando salió a la luz el lío la secretaria lo contó a la Policía y ha habido un juicio. Pero en el tribunal el inefable De Fanis ha tenido que confesar: “Sí, es verdad, le dije eso al teléfono, pero era para impresionarla”. En realidad su mujer casualmente se pilló un virus intestinal que le produjo terribles dolores de estómago y su marido aprovechó los aullidos para hacer la llamada a su amante.
(Il Fatto Quotidiano, 31 de enero de 2014)
Cobra por hacer la cola de los demás
Un señor de Salerno (sur), afincando en Milán (norte), ha decidido aprovechar a su favor el enorme potencial de las miles de horas de colas que un italiano debe soportar a lo largo de su vida. Giovanni Cafaro, de 41 años, director de marketing, se quedó en paro el año pasado y al final se ha inventado un trabajo: hace la cola por diez euros la hora a quien no tiene tiempo o ganas de aguantarla en cualquiera de los numerosos líos burocráticos que exige Italia. Ha repartido 5.000 papeletas de publicidad por Milán y le empieza a ir bien.
(La Stampa, 29 de enero de 2014)
Proyecto urgente desde 1970 y aún sin un director
Esta es una noticia útil para comprender algo de las inundaciones -sí otra vez- de estos días en Italia. En noviembre de 2011 se desbordó el río Bisagno, que atraviesa Génova, y causó seis muertos por un embudo absurdo en la canalización del río. Es absurdo, que se sepa, al menos desde los años cuarenta, cuando empezaron las inundaciones y tiene categoría oficial desde 1970, cuando causó 25 muertos. Entonces las obras para arreglarlo empezaron a ser urgentes. Es más en 1974 fue calificada de “emergencia nacional”. Entre unas cosas y otras -estudios, discusiones, corrupción, obras fallidas- han pasado 44 años. El otro día, por fin, una sentencia del Consejo de Estado desbloqueó la maraña judicial que paralizaba las obras. Pero cuando fueron a comunicar la buena noticia al director del proyecto -que tiene un presupuesto de 35 millones ya aportados por el Gobierno- resulta que en el despacho no había nadie. El puesto está vacío desde hace nueve meses.
(Corriere della Sera, 2 de febrero de 2014)