En España, en el día de difuntos, se hace el típico reportaje del precio de las flores, de los monjes fosores, de lo caro que es morirse (con inveterada debilidad por el título ‘La muerte tiene un precio’) o del abandono de algún cementerio. En Italia, por desgracia, hay un campo mucho más extenso. Cada año sacan historias increíbles. Ayer, por ejemplo, esta del ‘Corriere della Sera’:
El escándalo de las falsas cremaciones
Más de 50 empresas de incineración de difuntos están bajo investigación en toda Italia, porque entregaban a las familias unas cenizas cualquiera y tiraban los cadáveres por ahí, o mezclaban los restos. Algunos ejemplos increíbles. En Fidenza (norte) han encontrado 60 sacos de basura con cenizas correspondientes a unas 2.000 personas. También había un tronco humano y un ataúd de niño. Fragmento de una conversación telefónica interceptada por la Policía: «Ha llegado el cuerpo de una niña para ser incinerada ¿qué hacemos?». Repuesta del jefe: «Bah, nada, tírala a la basura, de todos modos es poca cosa».
(Corriere della Sera de ayer)