De la dificultad de hacer bien una acera
Los trabajos para colocar una acera nueva en la céntrica plaza Massari de Bari (sur) han tardado año y medio, un año más de lo previsto, y han costado 400.000 euros, pero la espera y el esfuerzo han merecido la pena. Así tenemos un nuevo monumento más a la inutilidad humana: en año y medio han sido incapaces de acertar con los huecos de tierra en donde estaban los árboles -que estaban de antes- y les han salido rozando el poste.
Lo ha explicado bien el asesor municipal de obras públicas, Giuseppe Galasso, que ha acudido rápidamente a hacer una inspección cuando se ha corrido la voz (es decir, que no había ido antes): “Es un problema relacionado con el hecho de que los árboles estaban ya antes y había un alineamiento divergente, una cuestión que ya había sido objeto de estudio”. En fin, que es aún peor: encima lo habían estudiado.
Llevo toda la mañana pensando en una explicación -un capataz beodo, un sutil movimiento sísmico- pero me he rendido. Un misterio italiano más.
(La Repubblica, 7 de octubre de 2014)