Si había alguna duda de lo sucio y hostil que ha sido el relevo al frente del Gobierno italiano entre Enrico Letta y Matteo Renzi bastó ayer ver la ceremonia de traspaso de poderes. Ni se miraron, fue de una frialdad glacial, incómoda incluso para los espectadores, y se ventiló exactamente en 12 segundos. Lo […]