Ya lo saben seguro, vuelve el hombre, como decía el lema de aquel anuncio machote de colonia de los ochenta. A Berlusconi se le ve venir desde que se fue. Solo quien no le conozca podía creer que cuando cayó su Gobierno, en noviembre de 2011, mientras Italia era atacada por los mercados, se daba por retirado. Lo dijimos aqui aquel mismo día. Fue un repliegue estratégico, a la espera de que pasara el temporal tras un presunto sucesor, el patético Angelino Alfano, para volver cuando viera la oportunidad. El guión se ha cumplido a rajatabla y la noche del miércoles, tras una borrascosa reunión de la cúpula de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), emitió una nota para anunciar que acudirá a las inminentes elecciones: “Estoy obligado a presentarme, asediado por las peticiones de que vuelva. Italia está al borde del precipicio”. Por increíble que parezca fuera de Italia, pero a estas alturas también dentro, el salvador, sobre todo de sí mismo, ya está otra vez aquí. A sus 76 años.
En realidad ha tenido que imponerse a la cúpula del partido, contrario a su regreso. En las filas del PDL, que debía celebrar unas primarias, eran muchos los que no veían la hora de que se largara. Pero tras su anuncio en un santiamén se hizo la fila de pelotas en su despacho. Unos 70 diputados -los contó una agencia- que hasta el día antes ponían caras ante su posible regreso hicieron declaraciones entusiastas. Normal, aunque el magnate esté en caída libre y solo sacara un 12% de los votos eso significa 90 escaños. Todos aspiran a asegurarse la poltrona.
Durante seis meses de amagos, en los que cuanto más repetía que abandonaba más claro estaba que regresaba, una señal política clara ha sido su intención de reforzar su equipo de fútbol, el Milan, que va el séptimo y no ayuda nada a vender la moto. El jueves ordenó retirar el apoyo al Gobierno técnico de Mario Monti, lo que significa su caída, y la abstención del PDL en un par de votaciones dejó sin mayoría absoluta al Ejecutivo. Tras la dimisión de Monti este fin de semana, porque no quiere convertirse en piñata y regalarle la campaña electoral, que se basará en atacarle a él, Italia irá a las urnas en febrero, dos meses antes de su conclusión natural. La prioridad de Berlusconi es unir los comicios a los regionales de Lombardía y Molise. Si son antes, un batacazo le dejaría ya desahuciado para las generales.
Esperan meses apasionantes. Para empezar, la prima de riesgo, que la víspera del anuncio del magnate había alcanzado el mínimo del último año, por debajo de los 300 puntos, pegó un subidón de 20 y la Bolsa de Milán cerró en negativo. Pero el título de Mediaset, su compañía audiovisual, se disparó un 4,5%. Habra que ver hoy cómo reaccionan los mercados. La comunidad internacional teme que un regreso de Berlusconi, aunque beneficie a sus empresas, arruine el trabajo de Monti para enderezar la economía italiana y se aparte de la agenda marcada, pues sus últimas proclamas indican un fuerte tono populista, contra la UE, contra el euro y contra las subidas de impuestos.
En cualquier caso los sondeos son terribles para el PDL. Está al 14%, más de veinte puntos menos que cuando ganó en 2008 y en el partido ya hay una veintena de disidentes declarados. El trastazo parece inevitable, entonces ¿por qué regresa? Por un lado sigue pensando que nadie le ha echado en las urnas, sino que aquello fue una conjura de palacio y una conspiración internacional. Es decir, cree que una mayoría de italianos le sigue adorando. Que los sondeos digan lo contrario no hace más que confirmar su distanciamiento de la realidad, aunque no se debe subestimar su capacidad animal para la política. Y, por supuesto, mediática: la semana pasada comió dos veces con la plana mayor de sus televisiones y medios para orquestar la ofensiva publicitaria. Es más, en el TG5 hubo una rebelión de la plantilla ante el primer publirreportaje de Berlusconi calzado en el informativo. No obstante, nuestro héroe se volcará sobre todo en Internet, porque estos meses ha estudiado a fondo el éxito de Beppe Grillo y es su modelo a imitar.
Como se puede adivinar, a Berlusconi le guían altos ideales y el interés nacional. Para interpretar sus movimientos lo más práctico siempre es mirar cómo le va en los tribunales. En este caso se aproxima la sentencia del ‘caso Ruby’, por abuso de poder y prostitución de menores. Debía de llegar en enero o febrero, pero si hay campaña puede alegar legítimo impedimento y retrasarla hasta después de los comicios. En esta línea, la propia ‘Ruby’, la joven marroquí que cuando era menor habría mantenido relaciones de pago con el entonces primer ministro, ha echado una mano. Debía declarar mañana, pero de repente ha dicho que está de vacaciones en Estados Unidos. Esto retrasa el proceso lo suficiente. Arriesgarse a hacer campaña como condenado a prostitución de menores no es lo mismo que un fallo negativo le pille ya calentando un escaño.
Del mismo modo le acaba de hacer otro favor el empresario que le llevaba putas a su casa de Roma, Giampaolo Tarantini, procesado en Bari por asociación delictiva encaminada a la prostitución. Ha pactado un juicio abreviado, fórmula que admite las acusaciones y ahorra el debate judicial, lo que evita a Berlusconi tener que ir a declarar, pues estaría obligado como testigo, y también impide que 25 chicas pasen por el estrado a contar sus veladas. En un juicio paralelo, el exprimer ministro está acusado de pagar a Tarantini 850.000 euros para que no hable.
Mirando más lejos, el anuncio, o la amenaza, del regreso de Berlusconi fue el mismo día que el Gobierno debía aprobar por decreto una medida muy sentida en la calle, la que prohíbe candidatos y cargos públicos que hayan sido condenados por la Justicia. Al ‘Cavaliere’ no le gusta nada -de haberse aplicado en el pasado se l habría vaciado medio partido- y aunque tal como se ha planteado se libran todos sus amigos él teme sus efectos futuros: se aplicará de inmediato si alguien es condenado durante su mandato. Puede ser su caso en 2013 o 2014, si le llega de forma definitiva una condena en el ‘caso Ruby’ o en el juicio Mediaset, donde ya fue sentenciado en octubre a cuatro años por fraude fiscal. No obstante, su presión consiguió que al final el texto incluyera la necesidad de una autorización de las cámaras en el caso de los parlamentarios, algo que podría salvarle, aunque será más difícil si está en minoría. El decreto necesita solo ser votado por las dos cámaras, sin que el resultado sea vinculante, pero tal vez ahora no haya tiempo ni para eso. De todos modos, aunque no lo hagan, los expertos afirman que se aprobaría incluso con el Parlamento ya disuelto, por silencio administrativo. Pero habrá que verlo.
Puede haber otros motivos de peso para su retorno, como la preocupante caída de beneficios de su empresa desde que no está en el poder -45 millones en lo que va de año- y la próxima asignación de frecuencias de televisión. Monti anuló el sistema impuesto por Berlusconi, el llamado ‘concurso de belleza’ que simplemente las regalaba a las mejores compañías interesadas. La suya, claro. Ahora se iba a hacer una subasta pública, a la que él se oponía. El fin de la legislatura para todo. La ruptura de Berlusconi frena también unas quince leyes en el Parlamento, entre ellas el celebrado recorte de 35 provincias, la urgente actualización del catastro o las medidas contra la evasión fiscal, y sobre todo la reforma del denostado y nefasto sistema electoral. Lo ideó él mismo en 2006 para evitar la gobernabilidad en caso de que triunfara una coalición que no fuera la suya: ganar en la Cámara de Diputados es fácil, regala un premio de escaños al primer partido, pero en el Senado lo hace por regiones y los números bailan mucho, lo fácil es no sacar la mayoría.
El PDL solo quería apoyar los presupuestos antes de Navidad, junto a un par de normas que le interesan, y luego alargar la legislatura un poco más con el Gobierno a su merced y mientras corría la campaña. Monti el sábado se plantó. A lo mejor ahora hasta se presenta él también. Pero una cosa está clara: a Berlusconi solo le pueden echar los italianos, él nunca se irá. Ahora llega la última ocasión para saber si ya han tenido bastante.
(Texto publicado en El Correo, y actualizado)
Breve cronología de las andanzas de nuestro personaje en el último año, porque es fácil perderse, como de hecho le ha ocurrido a su propio partido y a sus votantes:
15 de noviembre de 2011: Cae el Gobierno de Berlusconi. El protagonismo pasa a su delfín, Angelino Alfano.
Abril 2012: Umberto Bossi, líder de la Liga Norte e histórico aliado de Berlusconi, dimite por un escándalo de corrupción. La Liga se hunde en los sondeos.
Junio: El PDL anuncia que celebrará unas primarias.
12 de julio: Berlusconi dice que se presentará a las elecciones.
24 de septiembre: Cae en Roma el Gobierno regional de Lazio, del PDL, por corrupción.
24 de octubre: Berlusconi anuncia en un vídeo que no se presentará. Su partido confirma las primarias en diciembre.
26 de octubre: Cae en Milán el Gobierno regional de Lombardía, del PDL, por corrupción.
27 de octubre: Tras una condena de 4 años por fraude fiscal Berlusconi cambia de idea.
28 de octubre: Hundimiento histórico del PDL en las elecciones de Sicilia.
4 de noviembre: Anuncia otra vez que se retira.
22 de noviembre: Se confirman las primarias del PDL para el 16 de diciembre, con once candidatos.
23 de noviembre: Alfano pide unas primarias sin candidatos con antecedentes ni bajo investigación.
24 de noviembre: Berlusconi aclara que está pensando en presentarse y que hace falta “una fuerza nueva”. El PDL congela las primarias.
2 de diciembre: Tras el triunfo de Bersani en las primarias del PD, el partido de Berlusconi anula las suyas.
6 de diciembre: El ‘Cavaliere’ informa en una nota que será el candidato de su partido y ordena hacer caer el Gobierno de Monti.
8 de diciembre: Monti anuncia que dimitirá apenas se aprueben los presupuestos.