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Íñigo Domínguez

Íñigo Domínguez

La degeneración de Topolino

  La verdad es que mi premio al político chorizo del año bien podría llevárselo un griego, Byron Polydoras, que estuvo un solo día de presidente del Parlamento, en el breve intervalo necesario para repetir las elecciones, pero le bastaron para enchufar a su hija en un puesto fijo de la cámara. Sin embargo, no subestimemos a los políticos italianos. En las últimas semanas hay una apoteosis de corrupción delirante que ya se hace difícil de seguir. Cada día sale una nueva manada de golfos. La ministra de Justicia, Severino, ha dicho sin rodeos que “estamos ante una nueva ‘Tangentopoli’”. Esto necesita una breve explicación. Se refiere a la gran operación ‘Manos Limpias’ contra la corrupción de 1992 y 1993, que se llevó por delante toda la clase política y acabó con lo que se llama Primera República. La Segunda, que llega a nuestros días y a ver lo que dura, la ha monopolizado Berlusconi. Se vendió como el hombre nuevo, aunque era un producto avanzado de lo viejo. amigo y financiador de Craxi.

  Lo de ‘Tangentopoli’ es un término muy gracioso que se debe a ese amor incandescente de los italianos por los tebeos de ‘Don Miki’ (Topolino). ‘Paperopoli’ es la ciudad del tío Gilito, y ‘Tangentopoli’ deriva de ‘tangente’, que significa ‘comisión ilegal’, ‘soborno’. Italia se había convertido, en suma, en el país de las comisiones, las mordidas y los políticos trincones. Pero a la vista de lo de hoy aquellos parecen aficionados. Se oye mucho una idea: “Entonces al menos se robaba para el partido…”. Es un consuelo. La Democracia Cristiana (DC) y el Partido Socialista (PSI) de Bettino Craxi fueron borrados del mapa. La furia popular desembocó en 1993 en la famosa escena del hotel ‘Raphael’ de Roma, cuando Craxi fue bombardeado con una lluvia de monedas por la multitud:

   Pero volvamos a nuestros días. El hombre del momento es ‘er Batman’, un tal Franco Fiorito que todos acabamos de descubrir. Empezando por la Policía. Le llaman Batman porque un día se cayó de una moto que estaba parada. El talento de los romanos para los apodos irónicos es único. Es que mide 1.90 y pesa 170 kilos, una humanidad dedicada por entero a volcarse en el robo al contribuyente. Este orondo señor era el jefe de grupo del PDL (Partido de la Libertad), el de Berlusconi, en el parlamento de Lazio, la región de Roma. No se sabe de dónde sacaría la idea, teniendo el ejemplo de su jefe de filas, pero el caso es que concebía la política como negocio personal. Se ha pulido del orden de 1,8 millones de euros, como mínimo, de los fondos públicos regalados a los partidos en Lazio para sus gastos. Una partida que, en plena crisis, ha subido de 1 millón a 14 en dos años. Y trincaban todos, aquí no se libra nadie. ¿Cuáles son esos gastos? Muy fácil, cualquier gasto, dan igual las facturas. Todo se pasa como actividad política. ¿Que nieva en Roma? Pues nada, Batman se compraba esa mañana un jeep a cargo del contribuyente para ir a comprar tabaco. También se agenció un BMW cuatro por cuatro de lujo (88.000 euros), porque al principio pilló una Smart y resulta que no cabía.

  Batman cobraba 31.000 euros limpios al mes -o sea, mil al día-, más que los presidentes del Gobierno y de la República juntos. Tiene cuatro pisos en el centro de Roma, se pagaba comilonas, fines de semana en la playa en Cerdeña, vacaciones en las Maldivas y todo lo que se le ocurría. Su chica Samantha, que sería la ‘batgirl’, que ha recibido joyas y dos bolsos ‘Gucci’ no sospechaba nada. Ha dicho asombrada: “Que te regalen en Navidad un bolso Gucci no es tan raro. La tiene cualquiera, todas mis amigas, por ejemplo”. Eran 515 euros de la cuenta del PDL. Es decir, de los contribuyentes. También recibió 7.000 euros como colaboradora del PDL. Aunque afirma que no se había enterado. Está todo lleno de despistados.

  La madre de Fiorito le defiende: “Siempre ha sido muy listo. Con tres años ya leía el ‘Don Miki’”. De ahí a ‘Tangentopoli’ todo es ponerse.

 ¿Saben lo mejor? Fiorito estaba el 30 de abril de 1993 ante el hotel ‘Raphael’ tirando monedas a Bettino Craxi.

  Pero el descontrol de dinero se fue de las manos y en julio le hicieron una encerrona a Fiorito en el partido. Le destituyeron como jefe de grupo. Pusieron a un tal Francesco Battistoni. Entonces llegó la venganza de Batman, pesadísima. Sacó las cuentas de gastos de todos sus colegas. Una apoteosis de ostras, champán, comilonas, fiestorros y desparrames en tiendas caras. Y también entrevistas pagadas y financiación de medios locales en sus feudos electorales. Sueldos inflados hasta los 50.000 euros al mes y 100.000 euros fijos asignados a cada diputado para sus gastos.

  Símbolo del espíritu reinante e icono para la posteridad, una fantástica orgía a la romana de cartón piedra organizada en 2010. Un ‘toga party’ como mandan los cánones, qué demonios. El genio fue un tal Carlo De Romanis, otro diputado regional, que la montó para celebrar su elección y que pasará a la posteridad vestido de Ulises. Pero las mejores fotos son con unos tipos disfrazados con caretas de cerdo morreándose con vestales, todo muy guarrindongo y decadente. Factura: 48.000 euros. Según Fiorito, de las arcas públicas del partido, aunque De Romanis dice que pagó de su bolsillo.

  Renata Polverini, la gobernadora, al final dimitió. Muy digna ella, diciendo que no sabía nada de estas cosas y se iba asqueada. Pero es la que se pillaba el helicóptero para ir a la fiesta del ‘peperoncino’ (guindilla) a Rieti.

 También Battistoni dimitió. Entonces apostaron como jefe de grupo por una cara nueva. Alguien joven, no contaminado. El futuro. Pues este es el futuro, una tal Chiara Colosimo, 25 años, en un vídeo de hace dos años:

Sinopsis: Chiara Colosimo explica que la Garbatella, un precioso barrio romano, es territorio de los centros sociales de izquierdas, que por la noche les quitan las carteles. “Pero no basta eliminar los carteles para eliminar lo que pensamos”. Luego explica qué hacen ellos, grupo de Joven Italia, juventudes del partido de Berlusconi: “Somos un grupo que estamos siempre juntos, un grupo que comparte todo, del sacrificio de levantarse pronto en campaña electoral a la alegría de beber una cerveza juntos. Somos una cosa sola, nos movemos como un solo hombre. Mi candidatura no es mía, es de toda una comunidad. Somos hermanos, quien toca a uno de nosotros, toca a todos”. Conmovedor.

  Luego entramos en su sede social, mientras pintan unas pancartas. La chica nos cuenta que es licenciada en Ciencias Políticas, pero que empezó de bailarina de discoteca (‘cubista’, porque bailan en un cubo) en el ‘Gilda’, monumento de la caspa nocturna romana y el mamoneo político con copas. Quién sabe cómo le entró la peregrina ocurrencia de relacionar lo de ser chica de discoteca con en el partido de Berlusconi, pero allá que se lanzó. Entró en el partido, empezó a hacer política, “y ya no he salido nunca”. Esa es la idea, desde luego. “Todo lo que sé lo he aprendido aquí. Desde luego no por mis padres o por libros que he leído”. Y llega el momento culminante: “Somos la derecha pero somos la derecha de hoy. No estamos ligados absolutamente a ningún tipo de nostalgia”, explica, aunque dice esto con una pared detrás en donde se lee una cita del líder nazi rumano Codreanu, toda una autoridad moral. Pero bueno, menos mal que la chica ha dicho que no lee libros. Seguramente paredes tampoco. La cámara capta entonces al fondo un tipo haciendo flexiones. Sí, lo han visto bien. Pero ella sigue hablando como si tal cosa: “El fascismo no lo he vivido, lo conozco por los libros de historia. Pero que Mussolini haya escrito una página de la historia de Italia es innegable”. Pero por fin le preguntan por el tipo que hace flexiones: “Se ha equivocado haciendo una pancarta… Cuando te equivocas, se paga así”, dice con una sonrisa. Sería un castigo perfecto para Fiorito.

  Luego sale un acto de protesta de los chavales, todos muy sanotes, ante la sede del Gobierno regional. El vídeo es de hace dos años y entonces mandaba el centroizquierda. Con Piero Marrazzo, aquel que dimitió cuando se descubrió que unos carabinieri le chantajeaban por sus relaciones con transexuales. Si es que no ganamos para disgustos. La pancarta de los chicos, una vez subsanados los errores pagados con flexiones, decía: “Vosotros sois el mal. Nosotros somos la cura”.

FIN

El futuro era esto.

  Lo que hemos contado ha sido en Lazio, donde el espectáculo ha sido más vistoso. Pero en todas las regiones está saliendo porquería, porque llevan diez años de autonomía de gasto interpretada como descontrol del gasto. Hasta el punto de que el Gobierno se propone recortar las competencias de las regiones y recuperar cierto centralismo.

  Por ejemplo, tras Roma, parece que también Lombardía, la región de Milán, se va al garete, tras un año largo de escándalos en torno a su presidente, Roberto Formigoni y sus amiguetes. Pero en los últimos días se ha tocado fondo al descubrirse que un diputado regional había comprado votos a la ’ndrangheta, la mafia calabresa: 200.000 euros por un paquete de 4.000 votos. Un voto, 50 euros. Viva la democracia. Otro de los momentos del año ha sido leer las conversaciones grabadas de mafiosos echando pestes de los políticos porque son gente que no tienen dignidad.

  Entretanto, Nicole Minetti, bailarina sexy de televisión, se paseaba en bikini en una pasarela de Milán y repetía que no iba a dimitir. Recuerden, pilla 152.000 euros netos al año como diputada regional de Lombardía solo por ser amiguita de Berlusconi y llevarle volquetes de tías a las fiestas. Está imputada por ello por inducción a la prostitución.  La metieron en las listas, cerradas claro, con calzador. Le pagaron 110.000 euros por el desfile. La tienen en la foto de la izquierda, por si no se habían fijado todavía. Viva el Parlamento regional de Lombardía.

  En Emilia Romagna han pillado a uno de IDV -el partido de Antonio Di Pietro, exmagistrado líder de Manos Limpias, látigo de Berlusconi y la corrupción- que pasaba facturas de cuatro cenas la misma noche a la misma hora en cuatro restaurantes distintos. Y eso que no estaba como Fiorito.

  En Piamonte hay una asesora municipal del PD, primer partido de centro izquierda, que asignó cuatro contratos públicos a dedo a la empresa de su hijo, pero resulta que no tenía ni idea de que era de su hijo. Es que la incomunicación en las familias actuales está llegando a niveles patológicos, hay que hablar más, cenar todos juntos comentando la jornada. Así luego se evitan sorpresas desagradables. Aunque el hijo no le ha dicho nada y también podía haber tenido el detalle, mientras le pedía que le pasara la sal: “Pero hombre mamá, que me estás dando un pastón por la cara y luego la gente comenta”. Pero nada, tampoco se lo dijo.

  La ley anticorrupción lleva dos años parada en el Parlamento. Parece que por fin mañana se van a decidir a moverla.
El diario ‘La Repubblica’ lleva recogidas 300.000 firmas de gente que pide que la aprueben ya con una serie de modificaciones cañeras.

  Un informe oficial adelantado hoy por la prensa y que se publicará la semana que viene indica que la corrupción le cuesta a Italia unos 60.000 millones, con adjudicaciones de contratos públicos infladas hasta un 40% en las grandes obras. Tangentopoli a lo bestia.

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