>

Blogs

Íñigo Domínguez

Íñigo Domínguez

Seguimos en Roma

  Hola a todos. Regreso abrumado por la avalancha de inenarrables episodios de corrupción, que otro día pasaremos a enumerar. En fin, por aquí todo sigue igual, o peor, sobre todo en Roma, donde tendremos que contar las aventuras de ‘er Batman’. No sé ni por dónde empezar. Menos mal que viene en mi ayuda uno de esos ejemplos estelares que vienen a definir de un chispazo todo un estado de cosas, sin tener que enrollarse demasiado. Mis agradecimientos por ello al señor Antonio Piazza, que ha estado insuperable.
  Es un tipo del PDL (Partido de la Libertad), el partido de Berlusconi, presidente de un ente público de Lecco (norte) que se ha tomado una gran libertad: desde hace tres años aparcaba su Jaguar en una plaza de aparcamiento para discapacitados enfrente de su oficina. Aclaro que no es discapacitado.
   Pero resulta que el otro día, un discapacitado de verdad, harto de no encontrar nunca sitio para aparcar, llamó a la Policía, que multó al señor Piazza y le obligó a mover su coche.
  Si se creen que eso puede parar a un político italiano de la peor especie aún no están bien informados. Lo que hizo el señor Piazza caundo se fueron los agentes fue rajarle las ruedas al coche del discapacitado.
  Siguiente paso, clásico y ya dentro de la comedia italiana, se arrepintió: intentó arreglarlo a todo correr llamando a un mecánico. Pero ya era tarde.
  Fase posterior, también habitual, repliegue defensivo. Excusas esgrimidas: esas plazas de aparcamiento para discapacitados las creó él, en realidad también aparca en lugar prohibido desde hace tres años y tampoco pasa nada, y hay gente que hace cosas mucho peores. Insistió en que no dimitía de su cargo por un simple “error técnico”.
  Pero al final dimitió y pidió perdón, y esto, queridos amigos, es en realidad en este país lo verdaderamente increíble de todo el asunto.
  
  En resumen, que aquí estamos otra vez, tras un verano tórrido en Roma que abrasaba las moscas. Y con esta crisis del carajo la gente no podía ni irse de vacaciones. Y encima han subido el bonobús. El billete costaba 1 euro y, de golpe, 1,50. Todo esto es lo que cuenta uno de los temazos del verano en Roma: “¡Resto a Roma!” (Me quedo en Roma), con una intervención especial en el vídeo del gran Carlo Verdone. Menos mal que los romanos siempre saben cómo tomarse las cosas. Desde luego aquí a nadie se le ocurre, de momento, rodear el Parlamento. Es que son ellos los que están rodeados, con tanto mangante suelto.

Temas

Otro sitio más de Comunidad de Blogs de elcorreo.com

Sobre el autor


octubre 2012
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031