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Cosas normales en Italia (33): la antipolítica

En Italia se habla cíclicamente de antipolítica como quien censura la lucha contra el cáncer. Saltan las alarmas cada vez que hay voces o movimientos que vienen a decir algo tan evidente como que la clase dirigente está formada por vagos y chorizos que tienen que ser encarcelados o irse a su casa. Normal, también en la cueva de los cuarenta ladrones debía de pitar la alarma cuando se acercaba Ali Babá.

Empezó en los albores de la República, con un pirado napolitano llamado Guglielmo Giannini, periodista, escritor de novelas policiacas, dramaturgo y libretista de coplas que fundó en 1946 el Frente del Hombre Cualquiera (Fronte dell’Uomo Qualunque). Había empezado con un periódico satírico-cañero que se llamaba así y le daba a todos los políticos bajo el lema: “Este es el periódico del hombre cualquiera, harto de todos, cuyo único, ardiente deseo, es que nadie le dé el coñazo”. Le ‘rompa le scatole’, en italiano. No es mal lema electoral. Y es lo que debió de pensar en bueno de Giannini cuando vio que el diario vendía 800.000 copias. Ah, qué tiempos aquellos en los que la gente compraba periódicos. En las elecciones de 1946 sacó 30 diputados con más del 5% de los votos. Democristianos y comunistas se asustaron, claro. Inventaron el insulto ‘qualunquista’, que se sigue usando. Luego, una vez en su terreno, liaron a Giannini y se lió el solo, y acabó abducido por el sistema. Pasa bastante. Esto de temer el macarrismo político tiene su razón de ser, pues como movimiento antipolítico, pero en serio, el fascismo salió bastante bien. Recuerden el lema de Mussolini: “Me ne frego”. Traducido muy libremente, algo así como ‘me importa un pimiento’.  Berlusconi le defiende mucho y, según ha confesado, hasta se identifica con él a veces.

Ahora que se acercan las elecciones municipales del 6 de mayo en parte del país están todos muy preocupados con la abstención, que según los sondeos anda por el 48%, y con Beppe Grillo, el cómico cabreado que sube en todas las encuestas hasta un 8% de los votos. Es el chico de la foto de arriba. Si los políticos hacen el payaso, son los cómicos los que tienen que ponerse serios. Entre eso y el ataque de cuernos que tienen con el Gobierno de Monti, porque la gente se da cuenta de que sin ellos se puede vivir perfectamente, están fatal de los nervios. Ante esta terrible amenaza para la democracia, y para demostrar que son imprescindibles, los partidos han tomado conciencia del problema y han tomado cartas en el asunto. Veamos algunas de las reacciones más reseñables por su realismo, humildad y sentido de Estado:

-En la Liga Norte ya está muy disputado el primer premio a la barbaridad más gorda del escándalo sobre el uso de fondos públicos. Se duda entre la cirugía plástica de nariz del hijo pequeño de Bossi, Eridano Sirio, pagada con dinero público, o los lingotes de oro y las pilas de diamantes compradas como inversión por el tesorero. A mí desde luego me hace gracia que por ahí ande un chaval pegado a una nariz que no es suya, sino de todos los contribuyentes. Cuando se supo que la Liga también pagaba el piso en Roma de uno de sus líderes, Roberto Calderoli, esta fue la reacción de Umberto Bossi: “No hay ningún delito, es dinero nuestro y un partido si quiere puede perfectamente tirarlo por la ventana”. Claro que sí, con un par. Lo último, de ayer mismo, es un título académico del inefable ‘Trucha’, Renzo, otro hijo de Bossi, el que suspendió tres veces selectividad, comprado en Albania con dinero público.

-Mucho mejor ha estado el eterno presidente de Lombardía, Roberto Formigoni, del PDL, el partido de Berlusconi. Desde hace meses está saliendo porquería a paladas de su administración, que a menudo le roza muy cerquita. Hay diez diputados regionales de 80 bajo investigación, una buena marca. Pero a él le toca más el escándalo de la Sanidad, donde estalla todo el tejemaneje del reembolso a estructuras privadas, que gestiona el 43% del servicio. Empezó en noviembre con la sonada quiebra del hospital San Raffaele del cura golfo Luigi Verzé, donde apareció en escena -para ir a la cárcel- un empresario que movía fondos de dinero negro, Pierangelo Daccó. Muy amigo de Formigoni. También ha salido su nombre en otro escándalo similar de la Fundación Maugeri, otro gran complejo hospitalario de Pavía. Allí se merendaron 56 millones en falsos informes técnicos, entre ellos una joya para las antologías: un estudio sobre la viabilidad de la vida en Marte.

Daccó, como varios implicados en estos escándalos, pertenecen o se mueven en la órbita de Comunione e Liberazione (CL), organización católica muy activa en Milán, donde nació, que propugna entre otras cosas lo bien que va la fe con los negocios y el poder. Es muy influyente en Italia y extendida en todo el mundo, algún día tendremos que extendernos también nosotros más sobre el tema. Formigoni es una de sus estrellas, e incluso pertenece a ‘Memores Domini’, un grupo de CL que vive en pisos en comunidad donde dan su sueldo y tienen voto de castidad. Por abreviar, los ‘ciellinos’ controlan el cotarro de la sanidad pública lombarda. Las investigaciones han revelado que Daccò, en cuyo yate veraneaba Formigoni, le ha pagado a su ilustre amigo cenas, viajes a París y unas vacaciones fastuosas de Nochevieja en el Caribe. Compraba las langostas como si fueran sugus. Reacción de Formigoni a la noticia de las vacaciones pagadas publicada en el ‘Corriere della Sera’: -“Eran viajes en grupo, con amigos, y cada uno pagaba una cosa, luego al final se hacen cuentas. Yo, como todos los italianos, paso las vacaciones en grupo. ¿El periodista del ‘Corriere’ no ha ido nunca de vacaciones en grupo? ¿Ha ido siempre solo? Entonces es un pringado, un hombre triste y melancólico”. Pero el caso es que Formigoni aún no encuentra las facturas de ningún viaje. Esat fue la reacción que tuvo con otra periodista que al cabo de unos días le vuelve a preguntar sobre el tema y, en concreto, por si ha encontrado ya las facturas:

Sinopsis: Formigoni primero responde que se solidariza con los periodistas porque tienen directores que les obligan a hacer esas preguntas. La cronista insiste y argumenta que la gente quiere saber qué ha pasado con ese dinero. “La gente no se preocupa para nada de esto. La gente ha entendido muy bien que esto es un ataque…”. La periodista sigue preguntando por las facturas y entonces Formigoni se queja de que no le deja hablar. Le pide que le haga la pregunta precisa y le deje responder. Ella la hace, y le ruega que explique cómo pagó aquellas vacaciones, para tranquilizar a la gente. “Además de que todos están tranquilos -responde Formigoni-. La gente que me votó en 2010 me apoya de forma compacta,…”. La periodista interrumpe: “Pero es para despejar cualquier sombra”. Entonces Formigoni se enfada y se despide: “Si quiere tomar lecciones de periodismo le puedo indicar algunas escuelas donde le enseñarán a hacer preguntas…”. “Sí, y a insistir en las preguntas”, responde ella. “No, eso es hacer una pregunta, luego otra, pero no interrumpir la respuesta”. La reportera le pide disculpas pero insiste. “No, no debe disculparse solo conmigo, sino con la categoría de los periodistas, que tienen una deontología y la respetan”. Entonces le quita el micrófono para que le deje hablar y sigue con el mismo rollo. Que si es un montaje y todo eso. Luego añade que tienen que esperar porque esa noche va a un conocido programa televisivo donde le harán esas preguntas y explicará todo. Si quieren ir con él, pueden ir en grupo y repartir los gastos. Risas. Fin. Aquí todo degenera en comedieta y pelillos a la mar. No respondió a la pregunta.

FIN

Formigoni no dejó de incluir en las reflexiones de sus primeras reacciones ese epílogo de línea cristiana, tan italiana y que hemos señalado tantas veces, que enlaza culpabilidad, arrepentimiento, misericordia y perdón. Y santas pascuas, aquí paz y después gloria: “Me importa solo haber servido a mi pueblo, dentro de la humillación por todos mis muchos y muchos pecados”.

Pero hay otro mejor: “También Jesús se equivocó en la elección de uno de sus colaboradores”. Qué piquito de oro.

El otro día, por fin, el presidente de Comunione e Liberazione, Julián Carrón, que por cierto es español, se mojó en una carta al de autocrítica al diario ‘La Repubblica’ que se puede leer como un palo a Formigoni: “Si el movimiento es continuamente identificado con el atractivo del poder, del dinero, de estilos de vida que no tienen nada que ver con lo que hemos encontrado (se refiere a su experiencia de vida de fe, n. del a.), algún pretexto habremos dado”.

-Tal como está el patio, con diez diputados investigados, el Parlamento regional de Lombardía ha tenido una réplica ejemplar: un super puente de tres semanas. Se reunieron por última vez el 17 de abril, que enlazaron con el 25, fiesta de la Liberación, y de ahí al 1 de mayo y tiro porque me toca hasta el día 8. Sí, mientras leen estas líneas estos señores todavía no están dando ni golpe.

-En el Parlamento nacional tampoco bromean. Con los escándalos de la financiación de los partidos -2.300 millones regalados por los contribuyentes en 17 años y empleados sin ningún control, como se ha visto ahora con la Liga Norte- se juntaron de inmediato a buscar una solución los líderes de las tres formaciones que sostienen al Gobierno: Alfano, del PDL (aunque está de mandado, porque el líder es Berlusconi), Bersani del PD y Casini de UDC. Les llaman, para abreviar, ABC. Fue muy gracioso. Presentaron hace dos semanas muy serios un plan radical que proponía, entre otras cosas, la obligación de auditar los balances de cada partido. Así que presentaron un proyecto de ley que imponía la obligación de auditar los balances de cada partido. Sin embargo, lo que son las cosas, los técnicos del Parlamento se miraron ese texto revolucionario que proponía obligar a auditar los balances de cada partido y advirtieron un pequeño detalle:  “No consta que se mencione la obligación de auditar los balances”. Y seguimos igual. Aún andan analizándolo. Ya verán como estos mangantes no cambian nada.

-Pero al menos hay políticos que no tienen miedo de llamar al pan, pan y al vino, vino. Un total de 33 diputados, concretamente, ha presentado un recurso contra la medida que, en plena crisis y auge del cabreo social, elimina el chollazo de la pensión vitalicia para los parlamentarios. Se podía pillar ya con 50 años, y hala, a vivir. Pero en la gran reforma de las pensiones al menos han tenido la decencia de retrasar las suyas a los 60 ó 65 años. Sin embargo estos 33 valientes no están de acuerdo y quieren mantener su privilegio. En unos días tendremos la resolución a su recurso. Pero es conmovedor comprobar, al menos, que la mayoría proceden de la Liga Norte (un total de 18), que en este caso olvidan sus proclamaciones de independencia y contra Roma ladrona. Aunque quizá es que piensan que Roma les está robando lo suyo. También hay ocho del centro-derecha, tres del centro-izquierda, dos comunistas y un verde.

Pues bien, por increíble que parezca, a pesar de esta batería de medidas contra la antipolítica que hemos mencionado, no hay manera oigan, la antipolítica sigue creciendo como si nada.

A modo de recordatorio final, es útil señalar que, en su día, a inicios de los noventa, tanto Umberto Bossi como Silvio Berlusconi se presentaron como personificación de la antipolítica, para echar a toda esa panda de corruptos y vividores. Y ya ven, mejora continuamente la raza, porque aprenden de sus errores. Cada vez son más golfos.

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