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Lui (24): Ruby

Pues nada, vamos con lo de Ruby, que ya es hora. ¿Ruby? ¿Bunga bunga? ¿Pero eso qué es? El otro día mi chica fue a la peluquería y allí nadie sabía nada. A lo mejor sólo tenían en la mesa la revista rosa ‘Chi’, propiedad de Berlusconi, donde a cada escándalo sexual sigue un reportaje familiar con los nietos en las rodillas. O es que sólo se informan por la tele. Es imposible que un espectador del telediario de RAI 1 se haya enterado de nada, salvo cuando Berlusconi desmiente algo y entonces descubre que, por lo visto, había una cosa rara que, de todos modos, era mentira. Lo mismo en RAI 2. Y qué decir de las cadenas de Berlusconi -Rete 4, Canale 5 e Italia 1-, tres de las cuatro en abierto. El informativo de Rete 4 es presentado por el inenarrable Emilio Fede (chico de abajo), que precisamente es uno de los investigados en el caso Ruby por favorecimiento de la prostitución. El otro día abrió el telediario con una exclusiva bomba: Estados Unidos invade Irak desde Kuwait. No se asusten, es la noticia de hace veinte años, pero él presume de haber dado entonces la exclusiva y quiso recordarlo. Del escándalo sólo dijo luego que “todos tienen esqueletos en el armario”, así que cuidadito.

Pero no se crean que leyendo la prensa italiana se acaba de tener claro del todo lo que pasa. Yo cada mañana me tiro dos horas para leerlos con papel y boli y a veces ni me aclaro. Además de que publican auténticos tochos de escuchas telefónicas lo que pasa es que los diarios italianos son caóticos. A veces deliberadamente, claro, o es lo que parece en el ‘Corriere della Sera’, que esconde las noticias y a veces mete el dato decisivo en el último párrafo. O las homilías de ‘Repubblica’, que uno tiene que tragarse 1.000 líneas antes de llegar a la novedad del día. Es el estilo nebuloso de la prensa italiana, que en estos casos alcanza cotas galácticas.

En cuanto a España… En fin. Cada vez es más difícil ‘vender’ (así decimos en la profesión) las noticias de Berlusconi. Todo el mundo tiene claro que es un golfo y que no hay mucho más que decir, se valora de forma superficial. Cualquier otra noticia relevante tiene prioridad y a eso se suma que la información internacional cuenta cada vez menos. Me parece que España no para de replegarse sobre sí misma. Y de las teles mejor no hablar. Supongo que saben que Berlusconi se ha comprado Tele 5 y Cuatro… A esto se añade un fenómeno preocupante: desde que Berlusconi llegó con la cartera a PRISA parece que El País ha pasado de exhibir a los cuatro vientos el rabo de Topolanek a mirar para otro lado ante el escándalo de Ruby, por el que pasa de puntillas desde octubre en su edición de papel. Esto tiene más influencia de la que parece. El País, que es un buen periódico y el que más vende, marca mucho el ritmo y las líneas informativas en España. A cualquier corresponsal le ha pasado que le digan: “Pues El País no da nada” o “Pues El País lo pone en pequeñito por abajo”. Como lo de Ruby muchos de estos días. Y en los informativos de las teles pasa igual, leen El País por la mañana a ver por dónde hay que tirar. Uf, por Dios, qué tema más delicado. Qué incomodidad hablar de estas cosas y de los colegas. Bueno, mejor dicho, de sus empresas.

En fin, pero no nos engañemos, pese a la confusión general aquí está muy claro lo que pasa. La clave del impacto de este escándalo es que lo pilla al vuelo hasta el último analfabeto, no como las triangulaciones bancarias con cajas B o los sobornos de abogados ingleses de otros procesos de Berlusconi. Lo que se oye en el bar es algo así:

«Berlusca no hace más que correrse juergas con putas y encima a una, que es menor, le salvó el culo llamando a comisaría y metiendo una trola, diciendo que era sobrina de Mubarak»

Traduzcamos esto de forma seria, a modo de recapitulación, para no caer en este lenguaje chabacano y no perdernos:

Según la Fiscalía, Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia, se corre juergas periódicas en su mansión, con grupos de veinte o treinta chicas que le suministra una red de amigotes y a las que paga y, en algunos casos, mantiene a través de su tesorero, el ‘ragionere’ Giuseppe Spinelli. Entre ellas había una menor, la famosa ‘Ruby Robacorazones’, que en una ocasión fue arrestada por desvalijar la casa donde había pasado la noche. Berlusconi llamó diciendo que era la sobrina del presidente egipcio, Hosni Mubarak, y que por favor se la entregaran en custodia a una enviada del Gobierno que en ese momento iba para allá. Era, sin embargo, Nicole Minetti, ex-azafata de televisión que enchufó en las listas electorales y ahora es consejera regional de Lombardía. Además, según los fiscales, es quien le organizaba las fiestas nocturnas. Junto a Emilio Fede y Lele Mora, popular agente de famosos.

Entre tanta tristeza, para no estomagar, vamos con algunas escenas de estos grandes momentos de decadencia del imperio berlusconiano. Los detalles, como en otras ocasiones, son instántaneas implacables de una época. Se ve el nivel del personal, y qué nivel.

¿Por dónde empezar? Berlusconi, un anciano de 74 años, y Emilio Fede, de 79, sentados a cenar ellos solos con veinte o treinta tías, de 18 años para arriba. Se ponen vídeos de Berlusconi, se cantan himnos de alabanza de Berlusconi (‘Meno male che Silvio c’e’, Menos mal que tenemos a Silvio), se ríen los chistes de Berlusconi, se baila haciendo el trenecito. Luego, el bunga bunga en una discoteca subterránea con bar y barras de lap-dance. Tías disfrazadas de porno-enfermera y policía sexy. Berlusconi que les mete un poco de mano…

Lo más revelador del caso es que, bien mirado, este hombre no hace más que convertir en realidad en el sótano de su casa el mundo ideal de mamachichos con el que ha hecho soñar a los italianos desde los ochenta con su televisión:

Eran las entrañables chicas de ‘Drive in’. Y esto es lo que se ve en Canale 5 todos los días a las ocho y media de la noche. Lo sé muy bien porque cuando llegué a Italia me impactó tanto que ahí estaba yo pegado a la tele a esa hora:


Igualito que lo que cuentan del bunga bunga, con barra de lap-dance y todo. Lo más impresionante, de todas maneras, es cuando se quedan al final sentaditas encima de la mesa, en plan pisapapeles. Es ‘Striscia la notizia’, programa satírico de servicio público, en todos los sentidos.

Leamos ahora el diálogo de Lele Mora (chico de abajo) con una de las tipas, el 13 de agosto de 2010, preparándola para su inminente visita a la villa del sultán en Cerdeña:

-Verás, te parecerá que estás en la casa de Michael Jackson.
-La casa de los sueños, guau, estoy contentísima, gracias.
-Serás la enfermera oficial y tienes que hacerle una broma, te pones la bata a de doctora, sin nada debajo, obviamente, sólo las ligas blancas…
-Lele, te juro que lo hago. No me falta el coraje, creéme. Le hago una visita privada para comprobar su estado de salud… Ya lo hice justo ayer por la noche.
-Sí, él hace como que está enfermo. De todos modos, impresión óptima, maravillosa, se prevé un gran futuro para tí, amor.

No le falta coraje, no. Por cierto, los sindicatos de policías y de enfermeras han presentado una protesta formal por el uso indecoroso de sus uniformes en las orgías de Arcore. George Lucas aún no se ha manifestado sobre el plagio por parte de Lele Mora de un traje de ‘La guerra de las galaxias’.

Ah, el uniforme, en Italia marca mucho. Da una posición, una jerarquía, una pequeña parcela de influencia y maniobra, integra en un grupo o casta. Veamos cómo le sienta al gran Alberto Sordi en ‘Il vigile’ (Luigi Zampa, 1960). Es la magnífica película que, pese a ser de hace medio siglo, nos acompañará perfectamente hoy en este tortuoso repaso de la actualidad. Ilustra muy bien los conceptos claves que están en juego en este escándalo -poder, autoridad, justicia, familia- y cómo se manejan en Italia.

Sinopsis: Sordi es un inútil y un vago del que se ríen en el barrio. Cada vez que entra en el bar le hacen una pedorreta. Hasta que por fin consigue, naturalmente por enchufe, un puesto de policía municipal. Este fragmento arranca con la memorable aparición de Sordi la primera vez que se pone el uniforme: «Beh, ¿qué? ¿os meto miedo?». «Me siento otro, más fuerte, más alto, hasta la voz la siento más límpida y sobre todo me siento desenvuelto», explica. Es el efecto vigorizante del poder, que en Italia da alas. Aunque en el caso de Sordi al principio se siente como un pato mareado. Pero al minuto su padre ya le pide el primer favorcito: que le ponga una multa a un conocido. El primer sentido del poder es la familia. Sordi le reprende: «Eh, tengo un uniforme que me da autoridad, pero no puedo hacer venganzas. Y además si vosotros tenéis enemigos están antes los míos». Se ha vestido una hora antes de salir y entonces el hijo le propone ir al bar a ver cómo le reciben. Es la hora de la venganza.

FIN

Sigamos con escenas para el recuerdo del caso Ruby. Berlusconi, que despide en la puerta de casa a las chicas descartadas, las que no han sido elegidas para quedarse a dormir. Les da un regalito. Una pulsera, un sobre con billetes,… A una le entrega dos cedés de sus canciones con Mariano Apicella, su guitarrista de confianza. Dentro, cuatro billetes de 500 euros. Las tías, después, se matan entre ellas por el puesto de favorita. Llamándose para ver cuánto te ha dado a ti, cuánto me ha dado a mí.

O Berlusconi negando todo en un vídeo dirigido a la nación. Tenía detrás libros y fotos familiares. Extrañamente, sus asesores de imagen descartaron la chimenea, la mecedora y el gato. Niega todo, dice que no ha pagado por acostarse con una mujer en su vida. Dice que le gusta ayudar a los jóvenes, aunque debe de utilizar el plural masculino de forma retórica. En la investigación no aparece ni un solo tío al que le haya puesto un piso o dado un cheque de 10.000 euros. O los 115.000 que le ha ido soltando a una tal Elena Sorcinelli (chica de la foto). Ella dice que es sólo un préstamo. Pero a ellos, a los tíos, es que ni siquiera les invita a cenar. O qué sé yo, aunque sea a una merienda-cena.


Sinopsis: El alcalde de Roma, el gran Vittorio De Sica, también tiene su querida y la llama por teléfono. No ha podido ir a la cita del día por un atasco -causado por la incompetencia de Sordi-. El comisario le informa luego de que ha sido trasladado a una zona tranquila. En el extrarradio, nuestro guardia se ceba con el débil, como un pastor al que intenta meter un puro por no tener una luz delante del rebaño y otra detrás: «¡Alto pastorcillo, tú y tu grey!». Pero hasta él dice «usted no sabe quién soy yo». Alega que es pastor de un príncipe. Sí, todavía te los encuentras por Roma. Los príncipes, no los pastores. Por ejemplo, la casera de una amiga es una princesa. En eso llega un chaval para avisarle de que la famosa actriz Sylva Koscina está parada en un coche más adelante. Entonces va como un tiro. No sale en este fragmento, pero obviamente, no le pondrá multa. Claro, es una chica guapa y famosa.

FIN

Un inciso. Estudio del ISTAT publicado la semana pasada: un joven italiano de cada cinco ni estudia ni trabaja, es el peor dato de la UE. La mitad de las mujeres está en paro y no busca un trabajo. ¿Y estas chicas de las fiestas, a qué se dedican? Veamos el currículum de algunas de ellas.

-Imma y Eleonora De Vivo. Gemelas napolitanas (foto). Aparecieron por ahí en 2008 y Berlusconi las llamaba su amuleto de la suerte. No se separaba de ellas en los consejos de ministros que se celebran en Nápoles. Así que encontraron plaza en ‘La isla de los famosos’, aunque fueron eliminadas bastante pronto. Luego entraron en el circuito de programas tontos de RAI y Mediaset hasta que se mudaron a Milán, al pisito de Berlusconi. De repente aparecieron entre las posibles candidatas al Parlamento europeo, y fue cuando la mujer de nuestro hombre, Veronica Lario, armó un escándalo. En una conversación grabada hablan entre ellas: «Lo he visto gordo, feo. El año pasado estaba más en forma. Se ha puesto hasta feo. Tiene sólo que soltar la pasta. Esperemos que sea generoso. Yo no le regalo una mierda».

-Barbara Guerra. Ex-concursante de ‘La Factoría 4’ y ex-azafata de ‘Domenica sportiva’. Por descuido, reveló tranquilamente en una entrevista que una noche la escolta de Berlusconi la llevó a casa, porque le parecía normal.

-Iris Berardi, de 18 años, origen brasileño. En 2009 participó en miss Italia y se llevó el galardón Miss Rocchetta Bellezza (es una marca de agua mineral que anuncia Del Piero).

-Francesca Cipriani, ex-concursante de ‘Grande Fratello’ y ganadora del alucinante concurso ‘La Pupa e il secchione’, algo así como ‘La maciza y el empollón’, donde se juntaban a tías buenas con mastuerzos gafotas, a ver si congeniaban.

-Marysthelle Garcia Polanco, también procede de ‘La pupa e il secchione’, es ex-azafata de ‘Colorado Cafè’, el mismo show donde despegó Nicole Minetti. Es de las pocas que ha reconocido que se ha acostado con Berlusconi, pero dice que el dinero que ha recibido es un regalo.

-Barbara Faggioli, azafata de ‘El show de los récords’ y papelitos en series.

-Alessandra Sorcinelli, que ya le hemos citado. Según su currículum, «en un programa matinal, tumbada sobre una camilla de ambulatorio, prestaba su imagen y su cuerpo estatuario a varios doctores que explicaban al público de casa cómo se hacían determinadas curas, masajes o manipulaciones». Luego fue ascendida al show ‘Uno, due, tre, stalla!’. Acabó de ‘meteorina’ de Emilio Fede, las legendarias chicas que dan el tiempo en sus telediarios. Así fichó Fede en su día Noemi Letizia, en un cásting para ‘meteorina’.

En fin, no sigamos. Unas llegaron a estos programas por Berlusconi y otrás llegaron a él por sus programas. Es un sistema que se autoalimenta.


Sinopsis: Antes nos quedamos con Sordi y Sylva Koscina. Perdonarle la multa le costará una bronca del alcalde, porque sale en la prensa y se crea una polémica. El alcalde le ordena entonces que sea intransigente con la ley, sin excepciones. Hasta que le pone una multa a él por exceso de velocidad y se arma. Aquí vemos a De Sica entra en casa muy fatigado. Como Berlusconi cuando dice que trabaja todo el día con ritmos sobrehumanos, se queda hasta las dos a leer la prensa y se despierta al alba. En realidad De Sica viene de estar con su querida, aunque dice que ha comido con un subsecretario. Y la mujer le da una bofetada porque lo ha descubierto a través de la multa de Sordi, puesta en la calle de la otra. Reacción del alcalde, que les sonará: «¡Pero este es un imbécil que miente sabiendo que está mintiendo!». Y sigue: «¡Pero qué ingenua eres querida! ¡Ha sido pagado por mis adversarios políticos que quieren el escándalo para hacerme perder las elecciones! ¡Te lo juro, querida, he estado en Roma y he comido con el subsecretario!». Como diría Berlusconi, nada de orgía, una normalísima comida. Y cuando su mujer intenta llamar al subsecretario reacciona airado: «¡Yo esta multa no la pago! ¡No acepto provocaciones de mis adversarios! ¡Y veremos si el juez creerá a mí o al último de los guardias!». O sea, una conspiración. Al día siguiente echa al guardia intransigente.

FIN

Volvamos a Berlusconi que, por sorpresa, sacó un comodín, la coartada perfecta: que tiene novia. No se rían, es uno de sus principales argumentos defensivos. Al día siguiente era el titular de su periódico, ‘Il Giornale’: ‘Berlusconi è fidanzato’, como si ahí se cerrara el caso. Imaginen la escena ante el juez:

-Señoría, mire, todo esto no puede ser porque, sabe usted, yo ahora tengo novia formal.

Todo el mundo piensa que se lo ha inventado, claro, pero lo más divertido ha venido después: encontrarle la novia. Tanto él como los demás. Lo más gracioso es ver las entrevistas a posibles candidatas, alguna de los carromatos de tías que llegan a Arcore. Ninguna lo confirma ni lo desmiente, porque quizá ni ellas mismas saben si serán la novia elegida para el camelo y no quieren cerrarse la posibilidad. Hasta un peluquero de Piazza del Popolo, Massimo Topo, ha revelado que la misteriosa dama es una de sus clientas, una ex-actriz búlgara llamada Darina Pavlova. Se lo confesó ella misma durante una de sus muchas tardes en de peluquería. «He decidido hablar porque no quiero que salgan noticias falsas y manipuladas. Ella me ha dado permiso para contarlo», anunció Topo.

Otra candidata a novia del jefe, porque hay una docena, es la incombustible Francesca Pascale. Su historia es modélica. Era tía buena de una cadena local de Nápoles, Telecafone (algo así como Telecateto). En 2006, con algunas amigas igual de necesitadas de fama, trabajo o afecto, fundó un club llamado ‘Silvio ci manchi’ (Silvio te echamos de menos) cuando Berlusconi estaba en la oposición. Cada vez que él iba a Nápoles lo seguían a todas partes con sus camisetas oficiales (en la foto la vemos con su héroe). Hasta alquilaron una avioneta para que ondeara el ‘Silvio ci manchi’ por toda la ciudad. También ayudó su madre, que logró abalanzarse sobre el magnate y colarle una foto de su hija. Era candidata de su partido en Fuorigrotta y en las muncipales recibió un total de 84 votos. Berlusconi no podía dejar de fijarse en ella, claro, y al final le dio lo que se merecía. Ahora es consejera provincial de Nápoles para Grandes Eventos. La frase para enmarcar que explica todo nace de cuando, según ella, le robaron el título de miss en un concurso de segunda fila por una oscura confabulación: «De ahí mi pasión por la política, por un mundo más justo».

A otras les fue peor, como el célebre caso de su colega de club Emanuela Romano. La pobre pasó por la villa de Cerdeña, le prometieron un puesto en las europeas y luego, nada. En abril de 2009, el padre, desesperado, intentó prenderse fuego frente a la casa de Berlusconi en Roma, el Palazzo Grazoli. Al final, terminó colocada de concejala en un pueblo cerca de Nápoles.

Las familias de estas chicas, ay las familias. Escenas medievales, de verdad. Padres jaleando a sus niñas para meterlas en la cama del faraón. En una grabación sale a la luz cómo el padre de Barbara Faggioli le echa la bronca: «Basta con estas gilipolleces, el trabajo llegará. Como ha ayudado a las otras te ayudará a ti. Estás desde los 17 años encima, le quieres y te has dejado adelantar por esta y la otra, por Giada, Isabella, Cristina,… ¡Espabila!». O como le dice a otra, Roberta Bonasio, su propio hermano para que le dé bola a Berlusconi : «Este nos resuelve problemas a todos, a ‘mamma’, a ti y a mí».

Sinopsis: De Sica entra saludando a «nuestro guardia intransigente». Sordi, que ha montado un escándalo por su despido, amenaza con decir todo en el proceso y enumera los casos de corrupción de cada uno de los presentes, todos muy actuales: plano regulador, adjudicación del servicio de basura, otro que ha dado la compra de una residencia de ancianos a un familiar para que haga un hotel,… Esta es la idea que tienen los italianos de los políticos, ya desde hace medio siglo. No andan descaminados, desde luego. Así que a estas alturas no se asustan de nada y casi les da lo mismo uno que otro, mientras rompan lo menos posible y no exageren robando. Imaginen lo radicado que está el cinismo general, lo justificado que parece que cada uno se busque la vida como mejor le parezca y la idea que se tiene del Estado y la ley. Sólo se respeta por temor, no por convicción. Pero además ya entonces nuestro entrañable Sordi anuncia que hay «una bomba que hará derrumbarse todo»: «¡En esa villa de las afueras una noche os he visto bailar a todos vosotros con el torso desnudo con bailarinas que habéis hecho venir de Roma!». En fin, que estamos en lo mismo. Aquí no ha cambiado nada.

Entonces el alcalde pasa al contraataque y pide que le pasen la cartera. Sordi advierte que a él no le compran ni con todos los millones del mundo y dice una frase clave: «Porque no tengo ni mancha ni pecado». Esto es un sacrilegio, porque en realidad toda la vida pública italiana se asienta sobre la idea contraria: todos tienen algún esqueleto en el armario, como decía Emilio Fede. Así que todos son culpables y todos son inocentes. Es mejor no condenar a nadie y a cualquiera se le puede disculpar, porque Italia hace prácticamente imposible vivir en la plena legalidad. Alguien así, que no es chantajeable, que vaya con la verdad por delante, de entrada no es humano, cuando menos es despreciable, y en definitiva, es un enemigo del sistema. Un enemigo público. Debe ser combatido. Asi que, por ejemplo, ¿qué se han creído estos fiscales que quieren procesar a Berlusconi?

En este caso a Sordi le hacen un repaso de su familia. Primero, su cuñado, carnicero clandestino sin licencia. Pero a él le da igual. Luego, su hermana, y ahí le duele. Le preguntan por la profesión. «Es masajista en Milán ¿por qué?». «¿Se ha preocupado alguna vez por saber qué tipo de masajes hace?», le replican. Ya se lo pueden imaginar, es de esos del bunga bunga. Aunque Sordi asegura que ha hecho el curso de chica de la Cruz Roja. A lo mejor luego ha terminado jugando a los médicos, como la de antes. Entonces Sordi se desespera y dice que todo eso no tiene nada que ver con el proceso. Pero luego le sacan el tema de su mujer. No está casado, vive en concubinato. Le advierten de que si aparece el marido él está cometiendo adulterio y puede ir a la cárcel. Sordi protesta: el otro se ha ido a África, hace años que no lo ven y hasta parece que una vez le dio una puñalada a un pigmeo. Hasta han pedido la declaración de presunta muerte. Sordi huye y asegura que nadie le detendrá. ¿Será que por una vez va a triunfar la justicia?

FIN

Bueno, vamos terminando. No sé si Ruby es puta. Los fiscales piensan que sí. Pero desde luego ella cobra por las entrevistas. Estos días responde a los periodistas al teléfono diciendo: «¿Cuánto?». Como ha dicho al teléfono sobre Berlusconi: «Mientras él siga, se come». Ha dado una entrevista en una cadena del magnate a Alfonso Signorini, que estaba sentado en un sillón con perro y todo, que daba un ambiente de lo más familiar e intimista. Me pasé media entrevista mirando al perro, a ver si se movía, porque parecía un muñeco. Está casi tan bien amaestrado como su dueño. Este señor Signorini es el director de ‘Chi’ y es uno de los que le dirigen las campañas mediáticas de Berlusconi desde el flanco rosa. Ya hablaremos otro día de él. Una vez hasta sacó unas falsas fotos robadas en top-less de Marina Berlusconi, hija del magnate y su jefa en Mondadori. La única explicación posible es que fuera una maniobra de autopromoción de la señora para que se viera que no estaba mal del todo.

Ruby, de todos modos, miente más que habla. Berlusconi, igual. Otra de las prostitutas, Nadia Macri, ha contado pelos y señales de una orgía, pero resulta que se ha inventado la mitad. Su propia madre dice que es una trolera de mucho cuidado. En fin, será difícil saber la verdad.

Otra cosa importante. Las 389 páginas del dossier judicial, teóricamente secreto, circulan por Internet desde hace días. Yo las tengo, por ejemplo, y soy el último mono. Esto es un desmadre.

Sinopsis: Sordi, por supuesto, en el juicio se come todo y, al contrario, se deshace en elogios al alcalde. Total, que el político es absuelto y él recupera su puesto. Así que ahí lo tenemos todo contento, dirigiendo el tráfico para que se aminore la velocidad antes de la llamada curva de la muerte. Pero en eso aparece el alcalde y Sordi para los coches para que pase. «¿Por qué a nosotros nos paras y a ese no?», pregunta un ciclista. «¿Tú tienes familia? Pues yo también». Tener familia es una de las grandes razones de estado en Italia. Pero, como a veces hay justicia en este mundo, el alcalde acaba pegándose un trompazo con el coche.

FIN

El final de la película hace intervenir a la única justicia que parece posible en Italia, la divina. El azar, para los descreídos. Porque de la otra, la de los tribunales, el italiano en general no espera mucho, al menos en tiempos razonables, y el poderoso siempre gana. Estos personajes que suele bordar Sordi son a la vez idealistas y ridículos, buenos pero mezquinos, comprendidos pero vistos como el listillo de la clase que merece una lección. Salvo en películas serias de ciudadanos heroicos, el italiano medio que aspira a ser honesto casi nunca es retratado de forma amable, y siempre en clave de comedia.

A lo mejor Berlusconi ya estaba tan confiado de que puede hacer lo que le dé la gana que ha perdido el contacto con la realidad y se estrella él solo, como el alcalde de la película. Algunos sueñan con verle huir al Caribe para evitar la cárcel, como a su amigo Craxi. Otros dicen que a lo mejor se muere en la cama, como Franco, pero no exactamente como Franco.

¿Cómo acabará esto de Ruby? Supongo que en nada, como siempre. Es verdad que ahora hay una sensación muy extendida de que esta vez a nuestro héroe le han pillado. Pero habrá que ver qué pasa en los tribunales, porque se las sabe todas. Sinceramente, yo creo que será difícil demostrar la prostitución de menores, porque se deben probar impepinablemente tres cosas: si tuvo relaciones sexuales con ‘Ruby’, si sabía que era menor y si la pagó por ello. Lo de la concusión me parece obvio, como ya dijimos hace tres meses, pero otra cosa son las triquiñuelas legales que puedan entrar en juego. Y de todos modos una sentencia definitiva tardará años.

Conclusión: aunque todo tiene la pinta que tiene Berlusconi no dimitirá ni loco y una sentencia sólo llegará cuando esté jugando a la petanca jubilado en una playa de Antigua. Es decir, como siempre la palabra la tienen los italianos. Y lo que dicen los sondeos es un acertijo apasionante. El 49% opina que debería dejarlo, pero él no ha perdido un solo voto por el escándalo. Otra cosa es que todo el mundo sabe que sin él su partido no existe. Y otra que en este momento la oposición, tampoco, así que no se ve a quién se podría votar.

A propósito, P.D. (Post Data, no Partido Demócrata): Ya empieza a ser habitual que pida disculpas por dejar de escribir en el blog demasiado tiempo y no actualizarlo de forma habitual. Vuelvo a hacerlo. Lo siento de verdad, y a mí me fastidia el primero, pero a veces el trabajo diario me lo impide. Luego me salen los ladrillos que me salen. Esto de los blogs se basa en un oxímoron de resolución casi imposible: es un trabajo bastante desdeñado que, se supone, el periodista debe hacer en sus ratos libres, que naturalmente no existen.

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