Una ciudad familiar
Hoy, a eso de las dos, he visto una mesa donde comía una familia en plena Via del Governo Vecchio, centro de Roma. No era de un restaurante, estaban frente a una tienda de ropa -imagino que eran los dueños- como en el salón de su casa. Habían puesto una mesa de camping y unas sillas, coca cola de dos litros, botella de vino, pan y pasta all’amatriciana. Parecía todo muy rico. En ese momento se avecina un maresciallo de los Carabinieri y, para observar qué ocurre, me paro y hago como que miro un escaparate. Llega el policía. Diálogo (pasa sin detenerse):
-Buon appetito!!
-Grazie!!