He visto que ha salido este tema en las conversaciones, y me uno al debate. De paso pido disculpas si, por falta de tiempo, no intervengo o no respondo a alguna pregunta. Pero vamos al tema que nos ocupa. Siempre recomiendo Italia a quien quiere aprender inglés, porque por el mismo precio practicas dos lenguas, se entiende mejor a todo el mundo y el clima es notablemente más soleado.
Para que se hagan una idea, imaginen un telediario más o menos así (quizá les haga falta un diccionario):
Bienvenidos a las news. Este weekend se ha producido una scalation de violencia que ha terminado con un blitz (esto es alemán) de la Policía, la captura de un killer y de una baby gang. Confiscados dos computer y un station wagon. El ministerio del Welfare se plantea crear una task force, mientras el premier piensa en una exit strategy para solucionar la spy story en la intelligence. Quizá todo se resuelva en un election day, aunque dos ministros han dado forfeit (o forfait, aquí se hacen un lío con los idiomas) y no han acudido al meeting de hoy, que ha sido una full inmersion en el análisis de la crisis. No se descarta que el presidente ejerza su moral suasion. Economía: el Estado lanza sus bond contra la crisis, mientras cae la confianza en los hedge founds. Show de Berlusconi mientras hacía shopping, vestido casual, en un bookshop: desmiente la love story con una hostess en el party de las nomination de los mejores film y fiction italianos. Sólo bebimos un drink, ha aclarado. Ella es single. Standing ovation de los presentes. Pasamos al sport: tensión por el big match de mañana de la Under 21 en el stop del campeonato, los steward del estadio temen incidentes cuando lleguen los pullman de aficionados. Record de share en la retransmisión de ayer. Buonasera.Pues sí, hablan así. Esto ocurre con la mayor naturalidad. Es más, hay carreras por introducir nuevos palabros sajones, que rápidamente se extienden en la calle. Imagino que es por parecer modernos, y también por esa ancestral adoración hacia lo estadounidense de la que ya hemos hablado varias veces -creo, porque a veces me hago un lío-. Como cantaba el gran Renato Carosone, lo que pasa es que ‘Tú quieres hacer el americano’:
El resultado es que la hermosa lengua italiana sufre puñaladas a diario desde hace años. Resulta muy llamativo el escaso respeto por la propia lengua que hay en este país. Consecuencia, supongo, de una unidad lingüística y política reciente, del rodillo del mediocre lenguaje televisivo y de esa falta de apego genética por lo colectivo. Existe una especie de academia de la lengua, la Academia de la Crusca de Florencia, con una historia muy curiosa, pero que pinta aún menos que la española. Sobre el italiano y las lenguas italianas sigue quedando pendiente un capitulillo.
Por su parte, a los italianos les hace mucha gracia que traduzcamos los términos ingleses, como los franceses. Se mueren de risa con ‘perrito caliente’ o con el ‘ratón’ del ‘ordenador’. Pero debe reseñarse que en algo tan esencial como el fútbol estamos al revés. Fue obra de Mussolini la insistencia en la ‘italianización’ de la lengua y de ese modo el fútbol es ‘calcio’, el córner es ‘angolo’ y el penalty es ‘rigore’. Ahí nosotros nos hemos comido el inglés con patatas.
Otro elemento interesante es la pronunciación. El español, tímido, con miedo a destacar y al ridículo, con complejo de paleto, se limita a una expresión más o menos plana, sin exageraciones, de la que resulta su acento característico y el deletreo literal. Sin embargo el italiano, de carácter eminentemente interpretativo como sabemos, es muy echado para adelante y se lanza a la piscina. De este modo exagera por el lado contrario hasta extremos muy creativos: la consecuencia es un inglés propio hablado sólo en Italia. Un ejemplo habitual es la palabra club: dicen ‘cleb’. La ‘u’ es ‘e’. La ‘a’ también se transforma en ‘e’ y la hache, al contrario que nuestra jota torera, es totalmente muda: Tom Enks (Tom Hanks), Meneten (Manhattan),… En fin, nosotros decimos Jólibuz por Hollywood.
Por lo demás, como en España, la gente no habla inglés.
Ya dijo el otro día en Davos el ministro de Economía, Giulio Tremonti, medio en broma: los bancos italianos han salido bien parados de la crisis porque no hablan inglés.
Y con esta excusa de los idiomas ha llegado el momento de…¡la supercazzola! Con la ventaja de que no voy a tener que traducir nada:
Sinopsis: La película es, naturalmente, ‘Amici miei’ (Monicelli, 1975) y viene bien como homenaje a la Crusca, porque transcurre en Florencia. Además usan un palabro inglés nada más empezar a hablar. Dos de los gamberros suenan la bocina para que salgan los demás (‘claxonan’, dicen ellos) del bar del Necchi, pero aparece un guardia a multarles. Mosquin y Noiret empiezan a tomarle el pelo, pero entonces aparece Tognazzi, el mítico conde Mascetti: “Prematurata la supercazzola o scherziamo?”, que no significa nada. Desde aquí ya no tengo que traducir, porque usa un lenguaje inventado, mezclado con palabras italianas sueltas, para mofarse de todo hijo de vecino. Algo así hizo luego Antonio Ozores en el ‘Un dos tres’. Y también tenemos el gíglico de Cortázar, claro.