Como podrán suponer, nuestro héroe, Silvio Berlusconi, ha seguido haciendo de las suyas en estas semanas de ausencia de seguimiento. A mí Berlusconi es que me encanta. Como periodista, me refiero, porque si no fuera por él yo no sé qué escribiríamos de Italia, que cada vez pinta menos. A los corresponsales de aquí nos salva el Vaticano -que ya es decir, y que cada vez también suscita menor interés- y el hecho de que haya un primer ministro saltimbanqui. El resto del tiempo nos dedicamos a las tonterías, que a los periódicos cada vez les gustan más, no sé a sus lectores.
Lo bueno de Berlusconi es que de vez en cuando, más o menos una vez a la semana, se levanta animado y se para a hablar un rato con los periodistas de lo que sea o se desmelena ante el más mínimo auditorio. Barra libre. En la prensa se suele resumir con la expresión, ya asimilada en el lenguaje de la calle, de «Show de Berlusconi». Suele seguir una breve enumeración de alguna de las paridas, porque a veces es imposible quedarse con un solo titular, y además a la gente ya le da lo mismo. Ya ni es es noticia y la tiene que decir muy gorda.
Berlusconi es el hombre mediático perfecto, porque reúne en una sola persona todos los temas de actualidad. Se podría hablar de conflicto de interés, pero desde el punto de vista de la prensa es exactamente al revés: todo el interés se concentra en el mismo punto. Durante estas semanas se ha visto muy bien. Puede dar una noticia para cada sección de un informativo.
Nacional. Como primer ministro, diversas declaraciones sobre los temas del día, y hasta aquí más o menos bien.
Internacional. El otro día le preguntaron si irá a la investidura de Obama y dice que no: «Soy un protagonista, no una comparsa». Creo que Obama está reunido con sus asesores evaluando la posibilidad de suspender el acto.
Economía. Esta fue hace un par de meses, en los momentos de mayor pánico ante la crisis. Como primer ministro tranquiliza a los ciudadanos y a los mercados: «Como soy medio brujo tengo la íntima serenidad de que superaremos la crisis». Al cabo de un rato, suben los títulos de Mediaset (televisión) y Mediolanum (seguros), empresas de su propiedad. Como empresario de éxito y experto en finanzas, da consejos: «Hacedme caso, comprad títulos Eni y Enel (compañías energéticas de participación pública) porque están infravaloradas. Hace un año valían 10, hoy valen dos, y con estos rendimientos tienen que volver a los valores originales por fuerza. El año que viene presentarán balances fabulosos». De inmediato ambos valores suben en Bolsa.
Deportes. Anteayer le preguntaron por Kaká, pues es el presidente del Milan, y confirmó que probablemente se iría al Manchester City, asunto deportivo de la semana en Italia: «Tiene delante una carrera que no le durará toda la vida y le ofrecen ganancias muy superiores a las que recibe ahora», dijo. Hoy ha pasado una hora y media reunido con el consejero delegado del club, Adriano Galliani, para decidir sobre este tema, aunque Italia está como para tener un primer ministro mediopensionista. Es que se le acumulan las responsabilidades. Salvar Italia, el Milan…
Cultura y televisión. Dijo el miércoles: «Ayer vi el primer programa de ‘Grande Fratello’, es siempre interesante y magnético. Me lo encontré haciendo zapping». Es en Canale 5, cadena de su propiedad. Sobre las consideraciones intelectuales mejor lo dejamos. Sobre el magnetismo del programa, debe de referirse a la chica de la foto, tema de conversación de la semana en Italia. Más detalles culturales en un mitin del sábado: llama astróloga a una famosa astrónoma, Margherita Hack, e improvisa una teoría sobre las antiguas construcciones de la civilización nurágica, desmentidas luego por los expertos.
Humor y chascarrillos. Chiste que contó el sábado en un mitin en Cerdeña: «¿Sabéis el del campo de concentración? Llega el capitán y dice (imitando el acento alemán): ‘Tengo una noticia buena y una mala. La buena es que la mitad de vosotros será trasladada a otro campo’. Todos comienzan a festejar, pero le preguntan por la mala: ‘La mala es que la mitad que será trasladada es la que va de aquí para abajo’, dice señalándose la cintura». Risas. Al día siguiente, como vemos en las imágenes, se sentaba muy serio en la cumbre de Sharm El Sheik para hallar una solución en el conflicto de Gaza. Aunque luego hizo risas sus colegas. ¿Les contaría el chiste?
Aunque ahora que veo a Angela Merkel, quizá estuvieran recordando otra de sus bromas: el famoso ‘cucú’, una sorpresita que le dio escondiéndose detrás de una estatua en Trieste. Es del telediario de RAI 2, televisión pública, de su Gobierno.
Este es otro momento muy simpático de las últimas semanas con el ministro Scajola, de quien se mofa porque su firma es ilegible. Es de un programa satírico de Canale 5, cadena de su propiedad. Fíjense que cuando va entre las butacas sólo tontea con las chicas.
Ah, este fin de semana volvió a decir que la tele pública (suya, salvo algún osado programa) es «indigna de un país civilizado, a los cinco minutos de poner la tele siempre oigo hablar mal de mí». De momento no se conocen reacciones de Obama, el comparsa, a su aparición en ‘South Park’, programa de difusión mundial, donde se le ridiculizaba.