Con la excusa de la Eurocopa vamos a ir a lo fácil y explotar el filón futbolero hasta el final durante los próximos días. Mañana Italia se la juega en el partido contra Rumanía y a partir de las seis, encima viernes, será imposible hacer nada, ni comprar un sello. Aunque sean operaciones a corazón abierto da igual, serán pospuestas. De nuevo, recurro a la inagotable fuente de inspiración de las películas de Fantozzi, otro filón al que, también en lo estrictamente futbolístico, volveremos en más de una ocasión.
Sinopsis: Fantozzi, siempre desgraciado y humillado en el trabajo por sus superiores, es obligado a perderse el partido Inglaterra-Italia en Wembley. Ya está preparado ante la tele con todos los complementos: manta de cuadros, tortilla con cebolla, cerveza familiar Peroni helada y eructo libre. Sin embargo, cuando está ordenando que descuelguen el teléfono, una llamada de su colega Fillini le informa de que el jefe, pseudointelectual pesadísimo que hace sesiones de cine-club en la empresa, les impone ir a ver una película checoslovaca con subtítulos en alemán.