El otro día se hablaba de las inundaciones de Florencia de 1966. Es una de esas raras ocasiones en las que Italia se une. Miles de italianos fueron a ayudar a salvar obras de arte, un momento mágico. En un país en el que cada uno va escrupulosamente a lo suyo y el interés general no existe, a veces se produce el milagro. Con más periodicidad que las inundaciones, sucede con el Mundial y la Eurocopa. Es curioso: en España estos días todo es retórica sobre pasión, fortuna, destino y echarle pelotas. En Italia (donde ya han ganado cuatro mundiales), la prensa y las conversaciones bullen de discusiones sobre tácticas y esquemas de juego a un nivel avanzado. Cada día aparecen cuatro o cinco cuadros con flechitas en los periódicos. El famoso ‘módulo’. Ellos saben que ganar es una cuestión mecánica de piezas, sudor y sangre.
Como siempre, hay muchas películas sobre esta obsesión nacional. La más famosa es ‘L’allenatore nel pallone’, sobre Oronzo Canà, interpretado por Lino Banfi, clásico del bendito cine-basura. Es el pintoresco entrenador de la Longobarda, célebre por su táctica de la ‘bizona’: hacer dos veces la zona. Pero mejor lo explica él.
Sinopsis: Canà ilustra su táctica en la concentración pre-temporada. Es un 5-5-5. «Pero mister, aquí no jugamos 15…», dice la estrella del equipo. Respuesta: «¡Lo sabía que alguno lo iba a decir! Pero es así, mientras los cinco de la defensa van adelante, los cinco del ataque retroceden, y viceversa, así todo el rato, y la gente piensa: ‘¿Pero qué pasa, tienen cinco jugadores más? Durante esta confusión general el equipo adversario dirá: ‘Ahá, ¿qué está sucediendo?’, y no entenderán nada». «Nosotros tampoco», replica la figura. En el estreno con la Roma (que es la auténtica y se prestó para la película), el clásico periodista estirado del norte insinúa a Canà: «¿Qué es la bizona, la zona para volver a la Serie B (Segunda División)?». El partido es nefasto. En el túnel de vestuarios, con los rivales cachondeándose con la manita, se puede ver a un jovencísimo Ancelotti. «Ha sido por culpa de ese primer gol en frío», alega Canà. «Pero el primer gol lo habéis marcado vosotros…», replica el cronista.