Cada vez me gustan menos las multitudes, pero el pasado domingo sentí no haber formado parte de una. En la Bebelplatz de Berlín, el espacio delimitado por la avenida Unter den Linden, la Staatsoper, la catedral de Santa Eudivigis y la Universidad Humboldt (sí, ese lugar que ocupa un sitio en la historia negra de […]