Siento usar un insulto en en el titular. No descarto, sin embargo, seguirlo usando a lo largo de este texto. Porque da la sensación de que hay gente que vive fuera de la realidad. Que cree que estamos en 2007, que todo es alegría económica, billetes de 500 euros de los que quiere cargarse Rubalcaba y masas idiotizadas a 240 euros la entrada para el circo de Ecclestone.
En el primer post de este blog, allá por el mes de agosto de 2012, ya contamos que habría alternancia en la Fórmula 1 entre Valencia y Barcelona. Entre otras cosas, porque si Bernie rompía el contrato con la capital del Turia debería indemnizarles. Y, por mucha pasta que tenga, lo de pagar no está entre sus hobbies favoritos.
Señalamos, además, que el acuerdo era de alto nivel. Es decir, entre Alberto Fabra y Artur Más. Que poco o nada tenían que decir Gonzalo Gobert como director del Circuito de Cheste (quien pone a la mayoría del personal en el GP de Europa) y Salvador Servià como homólogo suyo en Barcelona. Algo más, eso sí, tenía que aportar Adrián Campos, hombre fuerte del nuevo proyecto en la Generalitat Valenciana y con contacto directo con el magnate británico.
Y pese a ello, llevamos un año jugando a una guerra absurda para ver quién la tiene más larga. Esta vez, contra pronóstico, quien la ha liado no ha sido Valencia (por una vez en los últimos años. Y no sólo me refiero a las cuatro ruedas). Lo ha hecho Cataluña en sus manifestaciones con doble sentido sobre no tener constancia de dicho acuerdo. Al menos en la voz de Servià.
Pero, curiosamente, llegó Más la semana pasada y confirmó el temita. Y dejó con los pantalones bajados a Salvador, que en la presentación del GP de Barcelona dijo que al margen de lo que él hubiera manifestado ‘otra cosa es lo que decida la Generalitat, de la que dependemos al 80%’.
¡Al 80%! O sea que estamos gastando y pidiendo dinero público para un evento que, por mucho que se disfrace, acaba generando una serie de réditos privados enfocado a una carrera al año en la que la gente ni siquiera llena el circuito, entre otras cosas porque no puede pagar las localidades.
Y mientras Valencia (que no se va de rositas) ha regularizado su situación, pero a costa de que el Gobierno levantino haya costeado las deudas de la promotora del evento Valmor Sports y les haya salvado el culo económicamente a Jorge Martínez Aspar, Fernando Roig y José Luis Olivas. Que el primer año, cuando hubo beneficios, no protestaron. Pero luego, con pérdidas, sí que fueron rápidos como un Red Bull a pedir ayuda a las instituciones.
Ya está bien de guerritas absurdas y de mirarse el ombligo. Señores, hay gente que no llega a fin de mes. Y la F1 se ve mejor en la tele y se escucha mejor en la radio que en cualquier circuito del mundo. Así que empiecen a inventarse cosas para que sea rentable, repercuta en sus regiones y permita con unas entradas más baratas llegar a la gente que realmente es aficionada. Y en el resto de cosas dejen de comportarse como niños de cinco años.