Arriba va mi cuota de frases denunciables de la semana. Imagino que los puristas ya se estarán tirando las manos a la cabeza con solamente leer el titular. Y que los denominados grandes expertos quizá incluso se estén riendo de mí. No pasa nada. Para eso en Grada360 han tenido a bien dejarme este blog. Aquí puedo escribir todas las majaderías que quiera, siempre que no le falte al respeto a nadie. Y en ello estamos.
Hay algo que se ha repetido sistemáticamente en la era moderna de la F1, aquella que abarca los últimos 10 años. Es decir, con la inclusión de nuevas escuderías subvencionadas por nuevos nombres, lejos de los equipos tradicionales: las apuestas a medio plazo con un claro objetivo de crecimiento, no de mantenimiento. Me explico.
El primer Red Bull tenía mucha pasta, pero no era un coche rápido ni fiable. De hecho, antes de su hegemonía se llegó a plantear que Fernando Alonso podría haber formado parte de su estructura, pero el español desestimó esa opción. Poco tiempo después, comenzó el arrase de Vettel. Pero los primeros compases habían supuesto pruebas e inversiones más que resultados.
Ocurrió lo mismo con BMW, donde únicamente el deseo de la marca alemana de no continuar en la F1 impidió un mayor crecimiento, habida cuenta de que se encontró además por el camino a dos pilotos en su plenitud como Nick Heidfeld y Robert Kubica, aunque ninguno de ambos esté hoy visitando el paddock del Gran Circo cada dos fines de semana.
Quizá en menor medida pero con su ‘plan de negocio’ muy claro desde el principio se sitúe también en esta clasificación Force India, que si bien ha pasado por oscilaciones económicas ha consolidado sus coches entre el Top Ten sistemático de las carreras, algo impensable en su nacimiento.
Todos estos componentes los tiene Mercedes, pero añadiéndole tres aspectos fundamentales de los que quizá (salvo en algunas cosas Red Bull) carezcan el resto de historias: el dinero hoy por hoy no es problema y no parece que vaya a serlo en el futuro. Han tenido durante unos impagables años la ayuda para mejorar todo lo mejorable de Michael Schumacher. Son desde el principio muy rápidos, aunque les falta ser fiables. Y han sido capaces de hacer ver a alguien como Lewis Hamilton que su futuro estaba allí y no en McLaren. Por no mencionar que tienen como jefe de filas a Ross Brawn.
¿Puede costarles aún algún tiempo pelear por el título? Quizá sí. ¿Son la fiabilidad y el constante desgaste de los neumáticos sus puntos débiles? Quizá también. Pero en una F1 tan igualada como la de este año y, presumiblemente, los siguientes, tiene muchísimo margen de mejora y de puntuación. Y, con esa puntuación, reciben un reintegro económico como posible cuarto equipo de la parrilla que les permitirá seguir invirtiendo en avanzar.
¿Puede ser 2014 el año de Mercedes? Porqué no. ¿Alguien pensaba que Vettel iba a ganar un día un Mundial con un coche Red Bull?