Nunca hay que echar las campanas al vuelo por los resultados de pretemporada. Eso dicen en el fútbol, en el baloncesto, en la Fórmula 1 y por supuesto en el motociclismo. Pero ocurre algo en este último que no es aplicable a los demás: los tíos que van rápido en los entrenamientos van rápido en las carreras. Nada que ver con ganarle 0-5 al Genk en agosto o con rodar justos de gasolina en Montmeló en marzo para mojarle la oreja a Red Bull y tener contentos a los patrocinadores.
Hace mucho tiempo, quizá demasiado, que se vende MotoGP como el mayor espectáculo sobre dos ruedas del Mundo. Pero los aficionados saben de sobra que eso no ha sido así casi en la última década. Con Rossi dominando, apenas Sete o Biaggi le tosían ligeramente. Luego llegó Stoner y arrasó, sin rival posible. Entonces apareció Lorenzo y ganó con suficiencia, con el italiano y Pedrosa lejos de él casi todo el año. Y en 2012, cuando Dani parecía estar en su mejor año y Casey apurar para ultimar su retirada, ni uno ni otro fueron capaces de dar la guerra necesaria.
Pero hoy confluyen cuatro, o incluso cinco, posibles animadores del cotarro. Obviamente, Jorge Lorenzo. En su plenitud como piloto y con el acicate de volver a ser compañero del hombre que más emoción dará al certamen, un Rossi que por fin ha vuelto a Yamaha y ha dejado atrás la pesadilla de Ducati.
A su lado, casi como siempre, las dos Honda. Lógicamente Dani Pedrosa, que parecer querer demostrar en los test previos que sigue su progresión y que al fin podría pelear por el título hasta la última carrera. Y al ladito Marc Márquez, que empieza a recordar al Lorenzo del primer año: rapidísimo en su adaptación pero inestable en tiradas largas. Será seguro el gran outsider.
Pero hablábamos de cinco. Y ahí no descarto en peleas por podiums a Álvaro Bautista. Es rápido, lleva ya bastante tiempo en la categoría, ha encontrado la moto que se adapta a sus prestaciones y no tendrá que correr pensando en su futuro como a finales del año anterior.
¿Qué supone esto? Por supuesto, que cuatro españoles (one more time) estarán en la pole por ganar el Mundial de MotoGP. Pero, sobre todo, que por fin cuando la gente se ponga delante de la tele va a poder disfrutar de verdad de la categoría reina. Tanto o más de lo que hacían en los últimos tiempos con Moto3 y Moto2, los auténticos animadores del campeonato en las últimas campañas.