‘Superman’ volvió a emprender el vuelo este verano. Eso sí, sin calzón rojo. Algo que en un principio preocupó a los fans más acérrimos. Chris Nolan y David S. Goyer, que ya reescribieron la historia de Batman, lo volvieron a hacer con los orígenes del héroe de la capa roja, ese niño que fue lanzado en nave espacial para salvarlo de la destrucción de su planeta. Una historia ya conocida, contada con los mismos mecanismos que armaron el origen del hombre murciélago. Aquella reestructura del héroe ya funcionó; nos humanizó al protagonista. Es algo que buscaba Goyer, Nolan y compañía con ‘Superman’. Y, curiosamente, otro actor británico (como Christian Bale) se mete en el traje.
Henry Cavill, después del fiasco que significó su puesta en acción con Bruce Willis, tiene aquí su gran oportunidad. Y la aprovecha al máximo. Uno de los grandes aciertos del filme. El otro, el buen elenco de secundarios, con Kostner y Crowe a la cabeza. Los dos actores sustentan gran parte del hilo argumental. Son la conciencia del superhéroe, y los dos cumplen al dedillo su misión. Los dos protagonizan grandes momentos. Kostner, uno de ellos y de los más emotivos.
Pero, ‘El hombre de acero’ no puede ser entendida, primeramente, si no es al lado de los avances en materia de efectos especiales. Grandioso es el arranque en Krypton que deja en pañales al prólogo que firmó Richard Donner en la película original. Era lo normal. Luego, al igual que Nolan hizo con Bruce Wayne en ‘Batman Begins’, en ‘El hombre de acero’ veremos a Clark Kent vagabundeando por el mundo, buscando su sitio.
Pero los guionistas de este nuevo ‘Superman‘ consiguen darle a la historia del superhéroe por antonomasia mayor complejidad narrativa, desde el nacimiento del pequeño Kaal en su planeta hasta las verdaderas intenciones de su padre al salvar a su hijo de la destrucción de Krypton. Todo se vuelve más serio, algo que ya diferenciaba al Batman de Burton con el de Nolan.
Muchos críticos han echado de menos el humor que tenía la cinta de Donner, y es que Nolan y compañía han insuflado al nuevo ‘Superman’ de una seriedad que puede chocar a muchos, pero que que chirría pocas veces.
Tanta seriedad a muchos abrumará. A otros encandilará. También la pirotecnia, en tramos finales excesiva. En esos momentos, sobra alguna que otra explosión, algún que otro edificio que se derrumba. Pero de esta manera queda patente el poder del superhéroe y de sus enemigos. Poderes para no andarse con chiquitas.
Sorprende algún tratamiento de Zack Snyder. La aparición de la religión en varias secuencias de la cinta. Al fin y al cabo, ¿qué pensaría una persona creyente si aparece un niño en la tierra capaz de hacer milagros y salvar vidas? Un par de planos, otro par de conversaciones en la cinta reflejan este atrevimiento, y ya para remate, la edad del héroe: 33 años.
Un héroe en el que se mete de lleno un Henry Cavill que está a la altura de las circunstancias, por planta y carisma, algo de lo que carecía el anterior ‘Superman’, Brandon Routh. El traje le queda que ni pintado y su aparición -estelar- en el epílogo de la película como Clark Kent (sorpresa, sorpresa) sólo es comparable al enorme final de ‘El caballero oscuro. La leyenda renace’.
Y tanta es la relación que tienen uno y otro héroe que para 2015, Snyder ya ha anunciado que la secuela de ‘El hombre de acero’ contará con la participación de ‘Batman’, una de esas explosivas sorpresas. La otra: que Ben Affleck será el sustituto de Christian Bale, algo que ha revolucionado, y de qué manera, las redes sociales. A pesar de todo, habrá que dar un voto de confianza a Affleck. Nos queda, eso sí, la esperanza de que como ya pasó con la saga de Batman firmada por Nolan, la secuela supere a la primera entrega.