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Joseba Martin Diez

Culocortos

Alex Proyas y Nicolas Cage se unen en 'Señales del futuro'

El responsable de cintas como ‘El cuervo’ o ‘Dark City’ regresa tras ‘Yo robot’ con otra inquietante historia. Una curiosa mezcla entre ‘El código Da Vinci’, ‘El día de mañana’, ‘La séptima profecía o ‘Mothman’ que lleva por título ‘Señales del futuro’ (‘Knowing’ en EEUU).
El trailer del filme ya lleva tiempo rondando por internet, haciendo mucho ruido. Y es que el nuevo trabajo de Proyas promete espectáculo y grandes dosis de tensión. Está protagonizada por el omnipresente Nicolas Cage, que parece estar dispuesto a hacer películas como churros. En esta ocasión interpreta a un profesor de astronomía viudo (su parecido con el protagonista de ‘La búsqueda’, Ben Gates, es más que evidente) que se topará con una complicada papeleta. Una cápsula del tiempo desenterrada en el colegio de su hijo encierra un papel en el que hay escritos extrañas combinaciones de números.John Koestler, que así se llama el profesor, descubrirá enseguida que esos números esconden predicciones, algunas de las cuales ya se han cumplido y otras que aún no.

Para el director Alex Proyas (no hagamos chistes fáciles sobre su apellido), la clave residía en encontrar un equilibro entre la acción trepidante y los efectos especiales de un ‘thriller’ de altos vuelos y combinarlo con todas las emociones por las que pasan los personajes durante la película.

Proyas ya lo consiguió en una obra de culto como es ‘El cuervo’, su primer trabajo como director. En el rodaje de esta película, murió el actor Brandon Lee, hijo del mítico Bruce Lee. Precisamente en la secuencia en la que el personaje de Eric Draven era acribillado por los malos. Una imprudencia con la carga de las balas en un arma fue fatal. Pero el plano del disparo que acabó con la vida de Lee no fue utilizado y Proyas decidió terminar el rodaje como homenaje al actor. Lo pudo concluir gracias a los efectos especiales y a un doble.

Para ‘Señales del futuro’, La ciudad australiana de Melbourne hizo las veces de Boston, donde viven los Koestler. El diseñador de Producción Steven Jones-Evans se encargó de transformar Melbourne en Boston.

Convirtieron la Universidad de Melbourne en el MIT pero como el césped estaba totalmente quemado, la semana antes de rodar tuvieron que pintarlo. Afortunadamente la película está ambientada en otoño y coincidieron con esa estación en Melbourne. Pero no tiene mucho que ver con el otoño de Boston, que es mucho más colorista, así que el equipo se pasaba el día moviendo enormes bolsas de hojas de colores que distribuían por todas partes.

Jones-Evans también se encargó de diseñar el elemento clave de la película: la cápsula del tiempo . Los organizadores de la Exposición Universal de 1939 decidieron enterrar una especie de mensaje en la botella para futuras generaciones. El recipiente metálico que se enterró en el recinto ferial como parte de la iniciativa de la Westinghouse Company contenía elementos tan característicos de la vida de entonces como una aguja e hilo, un boletín de noticias y copias en microfilm de un diccionario y del último catálogo de Sears Roebuck . Se iba a desenterrar en el año 6939. Y con esta idea arrancó la película.

Para una de las escenas más difíciles de rodar de la película, un accidente de avión, tuvieron que combinar la destreza como diseñador de Jones-Evans con los efectos creados por el equipo de efectos visuales.

El director quiso rodar la secuencia en una sola toma. En lo que en montaje se llama plano secuencia . Un plano que apenas dura en pantalla 10 segundos. Construyeron los restos del avión, pero hubiera sido imposible meterlo todo en un solo plano sin la inestimable ayuda del departamento de efectos especiales. Una escena que en el cine muy conseguida gracias a la mezcla de efectos visuales y sonido.

Fue, sin duda, la secuencia más difícil de rodar. Y eso que al final sólo dura 3 minutos. El equipo tardó en terminarla más de dos días. La lente de la cámara se empañaba continuamente por culpa del mal tiempo, las máquinas de lluvia y los efectos de explosiones y fuego.

Realizaron más de una docena de tomas. Y es que Nicolas Cage no acababa de aparecer bien en pantalla. Su figura desaparecía entre tanta nube de polvo y efectos, pero al final, consiguieron rodarla de una sola vez y en una sola toma, tal y como quería el director.

Además, ‘Señales del Futuro’ es una de las primeras películas que se ruedan con la cámara ‘Red One’ , lo último en tecnología digital ligera de alta resolución.

Simon Duggan, responsable de la fotografía de la última entrega de ‘La jungla de Cristal’, se encarga de la misma parcela en esta película. Duggan cree que la cámara ‘Red One’ ha abierto un nuevo mundo de posibilidades para los realizadores que trabajan con cámaras digitales. La ‘Red One’ consigue que casi no haya ni ruido ni grano en las imágenes por lo que la calidad visual es más que notable, una de las premisas más cuidadas en la película de Alex Proyas y en todo su catálogo cinematográfico.

La película consigue que sus más de dos horas de duración pasen en un pis-pas e incluso Nicolas Cage está a la altura como ya lo estuvo en ‘La búsqueda’, ese refrito de Indiana Jones, en la que su personaje de Ben Gates comparte muchos
parecidos con el protagonista de ‘Señales del futuro’.

El culo de la pantalla, por Joseba Martín

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