Una compañía en Bélgica llamada Dinner in the Sky, ofrece cenas en una mesa suspendida a 50 metros de la tierra con ayuda de una grúa. Las comidas pueden ser hasta para 22 personas, que son atendidas por personal especializado, el personal se queda durante toda la cena en medio de la mesa y va repartiendo servicio.
Las sillas de los comensales tienen cinturones de seguridad y el precio del montaje cuesta 7.900 euros, parece que unir el vértigo y la sensación de peligro a la gastronomía no es nuevo, en Bután-entre China y la India-hace muchos años construyeron este palacio en las alturas. En cualquier caso poner tu vida en relativo peligro para saborear los alimentos no parece responder a mucha lógica.