La palabra orégano, en griego significa literalmente: la alegría del monte y es que era la preferida de los griegos. Existen 40 variedades diferentes y se siguen haciendo injertos. Sus matices aromáticos son muy variados: más fresco, más floral, más madera, pero en cualquier caso siempre el orégano seco tiene más sabor que el fresco porque al secarse aumenta sus aceites esenciales de un 1% a un 4%.
El orégano es una hierba conservante, antiséptica, e incluso en infusión como un té es extraordinario para ayudar a hacer la digestión, pero para la cocina que es lo que más nos interesa, es importante utilizarlo a última hora para que el exceso de cocción no disminuya su sabor. Al margen de utilización de productos como pizzas o platos italianos es extraordinario en cualquier plato de verdura por el frescor que este aporta.
Yo recomendaría este condimento para dar un toque diferente a la salsas de pescado. Cuando viajemos, sobre todo a México y nos digan que tomamos orégano y no nos sepa a este, que no nos extrañe porque en algunos países le llaman orégano a otro tipo de plantas. Y para finalizar como toque anecdótico unas aceitunas con un toquee de orégano cambia radicalmente su sabor.