Normalmente a nuestras costas llega el bonito del norte, que pertenece a la familia del atún Thunnus Alalunga (porque tiene la espina dorsal muy larga). De hecho, su espina es uno de los detalles que nos permiten diferenciar el bonito del norte del atún rojo o cimarrón.
Nuestro bonito tiene una carne delicadísima, muy blanca (como podéis apreciar en la foto). Es más densa que la del atún común, ligeramente más grasa y muy agradable al paladar. Además, a diferencia de su primo el atún, se mantiene fresco más tiempo una vez pescado.
Esto se explica porque necesita oxigenar menos su sangre, de manera que la carne del bonito tarda más en echarse a perder.