Hay algunas sustancias vegetales que, además del sabor y olor, producen una sensación de irritación que llamamos picante. Básicamente, existen dos grupos de picante: los que se producen en la boca, como la guindilla y la pimienta, y los que se producen en la zona nasal, como el wasabi, el rábano picante y la mostaza.
Ambos tipos de picante desarrollan una acción muy específica que consiste en estimular unos nervios sensoriales que irritan nuestras papilas gustativas y consiguen que sean más sensibles, por lo que captan mejor los sabores. La diferencia entre los picores nasales y bucales reside en el tipo de sustancias químicas con las que están compuestas.
Por un lado están los tiocianatos, que se forman a partir de moléculas con pocos átomos, unos 10 0 12, por lo que son ligeras y debido a su poco peso suben a la nariz. Las otras sustancias, las alquilamidas, al estar compuestas por moléculas de 40 o 50 átomos, son más pesadas, no suben a la nariz y se quedan en la boca.
En cualquier caso, ambas sensaciones producen placer, ya que primero castigan el organismo y luego lo liberan.
Y tú, ¿qué prefieres, que te pique la boca o que te pique la nariz?