En mi opinión el Open de Australia es el menos importante de los 4 Grand Slam. Nadal llega tras haber vencido en los tres anteriores (Open USA, Wimbledon y Roland Garros) y, aunque no fuese en el mismo año, sería un éxito y una demostración de superioridad casi sin precedentes ganar los 4 grandes seguidos. Recordemos que Rafa ganó aquí en 2009. Llega justo de preparación ya que solo ha jugado en AbuDabi y en Doha donde, afectado por la gripe, cayó ante Davydenko. Afortunadamente el número 1 mundial ya no necesita tanta preparación para los grandes torneos. Ahora prefiere sacrificar un poco de ‘forma’ por llegar fresco física y mentalmente. Se arriesga a que algún ‘iluminado’ le dé un susto en las primeras rondas, pero en los últimos años Rafa ha solventado los apuros con cabeza, físico y con la suerte de los campeones.
De unos meses a esta parte se desgasta menos físicamente. Juega más agresivo, más dentro de la pista y saca mejor, de forma que gana más puntos, fuerza mayor número de errores del contrario, corre menos ‘defensivamente’ y por todo ello los partidos no son tan largos. En ediciones anteriores Rafa ha perdido aquí partidos por llegar desfondado de las rondas precedentes. Recordemos que en Australia ahora es pleno verano y que el calor es asfixiante. Por ello cada partido, al mejor de cinco sets, es una auténtica paliza y difícilmente baja de las dos horas.
Su máximo rival será Roger Federer que llega con la confianza de haber ganado el Masters en Londres y la semana pasada en Doha, y que en esta pista está a un nivel muy similar al de Rafa.
Un paso por detrás se encuentran, Djokovic que ya ha ganado aquí, Murray, Soderling, Davydenko -que es una de las ‘bestias negras’ de Rafa-, y el pundonoroso David Ferrer.
El cuadro femenino se presenta muy abierto: las dos primeras del ranking mundial Wozniacki y Zvonareva son las finalistas del último US Open. Por su parte las hermanas Williams, y Kim Cljisters son una incógnita en cuanto a su rendimiento, ya que parece que solo les motivan los Grand Slam y siempre están pendientes de lesiones extrañas, retiradas temporales y complicaciones varias que no hacen ningún bien al tenis femenino, necesitado de superestrellas y de grandes rivalidades como las que hubo en su día entre Evert y Navratilova o entre Steffi y Arantxa.

(Publicado parcialmente en El Correo el sábado 15 de Enero de 2011)