Una escultura de 13 metros y medio de alto que representa a una niña dormida luce desde hace días en el parque Madison Square de Nueva York. Es obra del español Jaume Plensa (Barcelona, 1955) y está realizada en fibra de vidrio blanco. Está inspirada en la ninfa de la montaña Eco, un personaje de la mitología griega.
Eco era una ninfa que habitaba en el bosque junto a otras ninfas y le gustaba cazar. Por ello, era una de las favoritas de la diosa Atemisa. Pero la niña tenía un defecto: era muy parlanchina y en cualquier conversación o discusión siempre quería tener la última palabra.
Cierto día, la diosa Hera salió en busca de su marido Zeus, a quien le gustaba divertirse entre las ninfas. Cuando Hera llegó al bosque de las ninfas, Eco la entretuvo con su conversación mientras las ninfas huían del lugar. Cuando Hera descubrió la trampa, la condenó diciendo: ‘Por haberme engañado, a partir de este momento perderás el uso de la lengua. Y ya que te gusta tanto tener la última palabra, solo podrás responder con la última palabra que escuches. Jamás podrás volver a hablar en primer lugar’.
Plensa ha querido que la escultura funcione como un espejo, donde las personas pueden ver su propia imagen. Para confeccionar el rostro, se fijó en una niña de nueve años hija del propietario de un restaurante al que Plensa suele acudir en Barcelona, por estar cerca de su casa.
El autor es conocido por sus trabajos monumentales. El parque Millenium de Chicago acoge ‘Crown Fountain’, una instalación suya de 15 metros y su pieza más emblemática hasta el momento. Suya también es ‘Dream’, una pieza de mármol de 20 metros de alto que ideó para un espacio público a las afueras de un pueblo inglés. Y también ‘In the midst of dreams’, una exposición formada por tres grandes esculturas de poliéster y tres de alabastro para la Lelong Galerie de Nueva York.