Se trata de un término acuñado en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Pekín en 1995 para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder.
Hoy en día esta expresión conlleva también otra dimensión: la toma de conciencia del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres y que tiene que ver con la recuperación de la propia dignidad de las mujeres como personas.
Dice Marcela Lagarde, que el emponderamiento de las mujeres no tiene nada que ver con una actitud revanchista contra los hombres.
Se quiere una transformación en el acceso de las mujeres tanto a la propiedad como al poder, lo cual transforma las relaciones de género y es una precondición para lograr la equidad entre hombres y mujeres.
Superar al aislamiento requiere más que destrezas de información; tiene que ver con la manera cómo una persona se ve a sí misma y al mundo.
(Fuente: Mujeres en Red)