La artista Silvia Radelli ha querido preguntarse cómo serían las ciudades si la historia hubiese reconocido debidamente a las mujeres. El resultado es Métroféminin, un rediseño del plano de metro de París en donde todas y cada una de sus paradas tienen nombre de mujer. Aquí no hay espacio para Victor Hugo, ni para Alejandro Dumas ni para De Gaulle ni para St. Denis. Sólo para Jane Austen, Virginia Woolf, La Pasionaria, Simone de Beauvoir o Simone Weil. Dice Radelli que su propósito era presentar “otra historia del mundo”.
Silvia Radelli nació en Bolivia de padres italianos. Vivió en Turquía y en el Madagascar, antes de pasar su adolescencia en México. En 1982, vino para instalarse en Francia. Ya no dejó más París. En su trabajo de artista plástico reúne materiales heteróclitos -juguetes, tejidos, perlas, arena, periódicos- y los ensambla en composiciones inéditas. Su enfoque se emparienta con el Art Brut.