El colectivo E-mujeres, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, han colaborado en la elaboración de diversos itinerarios por tres museos españoles que demuestran la presencia, casi siempre olvidada u ocultada, de las mujeres en diversos ámbitos a lo largo de la historia.
Así pues, en el Museo de El Prado, ‘Las mujeres y el poder’ utiliza los retratos como punto de apoyo para presentar a mujeres que a han tenido un poder político o representativo en las Casas Reales en el gobierno de los reinos de España y la política internacional, así como el de algunas mujeres de las élites nobiliarias en la conquista de derechos. A través de ellas, se hacen visibles algunos de los límites que las leyes les marcaron y los problemas vitales que compartieron, como mujeres, con sus contemporáneas. Destacan, entre otros, el retrato de Catalina de Austria, reina de Portugal; el de la reina María Cristina de Austria; el de Isabel II…
Otro itinerario más, ‘Los trabajos de las mujeres’, saca a la luz las tareas compartidas y específicas de las mujeres y pone de relieve su valor social. Las mujeres siempre han trabajado junto a sus compañeros varones, ya sea compartiendo o distribuyendo tareas, aunque las leyes hayan puesto límites a su formación, su ejercicio profesional y sus derechos. Sin embargo, la histórica voluntad de asociarlas al llamado ámbito doméstico y la identificación del concepto trabajo con la percepción de un salario que caracteriza a las sociedades industriales, han provocado un efecto perverso en la memoria histórica: se ha ocultado la creación y el protagonismo social de las mujeres en la producción, transformación y distribución de bienes y servicios, quitándoles protagonismo social en la configuración y evolución de las sociedades, al tiempo que se han infravalorado los trabajos y saberes considerados ‘propios de mujeres’.
Por su parte, el Museo Reina Sofía ofrece ‘Una mirada feminista sobre las vanguardias’, que pretende despertar una nueva mirada en el público, incitándole a considerar críticamente las imágenes de la dominación masculina, así como a darse cuenta de las ausencias en los relatos de la historia del arte. A partir de los años sesenta del siglo XX, el feminismo se hace fuerte dentro de la práctica artística, como en el resto de los ámbitos de la cultura y de lo social. Artistas como Nancy Spero, Eulàlia Grau o Cindy Sherman, presentes en la colección, hacen de su trabajo estético un mecanismo de análisis de los sistemas de representación patriarcales y un modo de formular lenguajes alternativos. Sus obras son básicamente el resultado de subvertir roles.
Mientras, el Museo Nacional de Cerámica González Martí presenta ‘La vida de las mujeres a través de la cerámica’, con representaciones de mujeres que estudian, cazan, defienden, transportan el agua, trabajan la tierra, transforman la producción y comercializan en mercados locales los productos de la tierra, tareas desarrolladas por ellas en todas las sociedades.