Los fuegos artificiales son un apartado esencial del programa de las fiestas de cualquier pueblo, da igual lo grande que sea y, también, da igual que los fuegos sean media docena de cohetes o los más fastuosos de la región. Además de los fuegos artificiales, hay muchas fiestas que incluyen quemar algo desde un montón de basura a los monumentos más elaborados y, así, vamos, por ejemplo, de la Noche de San Juan de cualquier barrio o pueblo hasta las mundialmente famosas Fallas de Valencia. Pero, ahora, nos cuentan que tanto fuego y tanto cohete contamina. Lo han investigado Teresa Moreno y su grupo, del IDAEA del CSIC en Barcelona, en la Noche de San Juan en Girona o en las Fallas de Valencia.
En Girona, colocaron filtros de aire de funcionamiento continuo en dos zonas de la ciudad y recogen 107 muestras de polvo atmosférico, con partículas de 2.5 micrómetros (milésima parte de un milímetro), entre el 5 de mayo y el 30 de junio. Cuando representan las concentraciones de metales pesados encontradas en el aire, encuentran un pico el día 24 de junio y un par de días anteriores. Son los fuegos artificiales de cada día de las fiestas y la Noche de San Juan con sus múltiples hogueras. Encuentran que, en esos días, el estroncio aumenta 26 veces, el cobre 5 veces, el plomo 7 veces, el cobalto 9 veces, el antimonio 3 veces y el arsénico se dobla. Algunos de estos metales pesados, por ejemplo el plomo o el arsénico, se conoce con certeza que son tóxicos.
El mismo grupo y con el mismo método han estudiado las Fallas de Valencia, con sus fuegos artificiales, mascletás y la apoteosis final de la cremá de los monumentos falleros. Los resultados se parecen, con aumentos importantes de las concentraciones de metales pesados en la atmósfera. Así, el plomo se multiplica por 23, el antimonio por 52, el estroncio por 37 y el cobre por 6.
*Moreno, T. y 8 colaboradores. 2007. Recreational atmospheric pollution episodes: Inhalable metalliferous particles from firework displays. Atmospheric Environment 41: 913-922.
*Moreno, T. y 9 colaboradores. 2010. Effect of fireworks events on urban background trace metal aerosol concentrations: Is the cocktail worth the show? Journal of Hazardous Materials 183: 945-949.