En Estados Unidos hay un potente y bien organizado movimiento que promueve que el cambio climático no existe y que, si existe, no tiene anda que ver con la actividad humana y, en todo caso, es consecuencia de variaciones naturales. Llevar adelante este movimiento cuesta dinero y, en Estados Unidos, los fondos llegan a diversas organizaciones a través de fundaciones que, a su vez, los reciben de empresas y particulares. Robert Brulle, de la Universidad Drexel de Philadelphia, ha publicado, por primera vez, un trabajo sobre estos fondos y su origen en una revista científica.
A partir de la base de datos del Centro de Fundaciones de Estados Unidos, recoge la información financiera, entre 2003 y 2010, de 91 organizaciones que se declaran contrarias al cambio climático y que son financiadas por 141 fundaciones. Las 91 organizaciones suponen una media de ingresos anuales de unos 900 millones de dólares (algo más de 7000 millones en los ocho años estudiados), aunque solo 64 millones vienen de donantes identificables, en su gran mayoría de fundaciones de ideología conservadora. Es evidente que solo conocemos el origen del 25% de su presupuesto y, por tanto, el 75% restante viene de fuentes sin identificar.
Brulle también detecta que la financiación, según pasan los años, tiende a llegar, cada vez más, de donaciones individuales directas a las fundaciones que, después, entregan el dinero a las organizaciones contra el cambio climático según los deseos de los donantes y sin revelar su identidad.
En resumen, el autor nos dice que el dinero que desde estas fundaciones llega a las organizaciones contrarias al cambio climático supone entre el 0% y el 74% de su presupuesto, con una media del 24.8%.
Hay algunos datos puntuales que llaman la atención a Brulle. Por ejemplo, en 2008 desaparecen las donaciones directas y con origen declarado de grupos industriales como ExxonMobil o Industrias Koch, ambos relacionados con energía, que, por tanto, han desaparecido del apoyo público al movimiento contra el cambio climático. También durante estos años algunas fundaciones han aumentado sus contribuciones de manera significativa. Así, la fundación Donors Trust ha pasado de alrededor del 5% entre 2003 y 2006 al 25% en 2009. Fundaciones conservadoras de este tipo son las que reciben donaciones que luego transfieren a las organizaciones contra el cambio climático sin tener que declarar su origen.
*Brulle, R.J. 2013. Institutionalizing delay: foundation funding and the creation of the U.S. climate change counter-movement organizations. Climatic Change DOI: 10.1007/s10584-013-1018-7