Hablamos de ello, hace meses, con un trabajo del mismo grupo que ahora se confirma. El fracking, o fracturación hidráulica, es una técnica desarrollada para obtener gas natural, en general metano, por medio de la inyección de agua a presión en el subsuelo y, al parecer, provoca la presencia de metano en el agua potable. Robert Jackson y su grupo, de la Universidad Duke en Durham, han estudiado la presencia de metano en 141 pozos de agua potable en el nordeste de Estados Unidos, en la formación geológica llamada Marcellus Shale, una de las zonas del país más rica en gas natural y más explotada. Los pozos de agua potable llegan a los 60-90 metros de profundidad, los acuíferos de la zona rondan los 1000 metros, y la técnica del fracking debe perforar hasta 1500-2500 metros para encontrar el gas.
De los 141 pozos investigados, en 115, el 82%, hay metano. La concentración media de metano en los 59 pozos que están a menos de un kilómetro de alguna perforación de fracking es 6 veces mayor que la de los pozos que están a más de un kilómetro. Hay 12 hogares con una concentración mayor de 28 miligramos de metano por litro de agua potable, límite legal en el agua potable en Estados Unidos, y de los 12 hogares, 11 están a menos de un kilómetro de algún pozo de fracking, y el otro está a 1.4 kilómetros. Además, Jackson encuentra etano en 40 de los 133 pozos y propano en 10 de ellos y, como ocurre con el metano, en mayor concentración cuanto más cerca de los pozos de excavación del fracking.
*Jackson, R.B. y 8 colaboradores. 2013. Increased spray gas abundance in a subset of drinking water wells near Marcellus Shale gas extraction. Proceedings of the National Academy of Sciences USA doi:10.1073/pnas.1221635110