Conocemos el fracking, o extracción de gas natural por un sistema no convencional por inyección en el subsuelo de grandes cantidades de agua con aditivos. Ya hemos comentado algunos de los problemas que plantea esta técnica como la emisión de metano a la atmósfera o el uso de agua. Como nos cuentan Kyle Farrar y su grupo, de la Universidad de Pittsburgh, la preparación del lugar donde se va a hacer el fracking hasta la propia actividad extractora puede llevar unos seis meses y supone un enorme tráfico de vehículos pesados, mucho ruido y un aumento temporal de trabajadores en la zona, sobre todo de hombres. En fin, todo ello tiene un impacto social e individual sobre los habitantes de la zona donde se ubicarán los pozos de extracción por fracking. El estudio de Farrar se centra en los impactos en la salud y en las condiciones estresantes que perciben, o sienten, los que viven cerca de las zonas de extracción.
Trabajan sobre entrevistas con personas que viven en la zona de extracción de gas más importante de Estados Unidos, el Marcellus Shale. Son dos oleadas de entrevistas: la primera se hace a 33 personas, de 31 a más de 70 años y con 11 mujeres, entre marzo y septiembre de 2010; y la segunda oleada a 22 personas que formaron parte del primer grupo y se hizo entre enero y abril de 2012, entre 19 y 22 meses más tarde. Los entrevistados enumeran los impactos en la salud y las fuentes psicológicas de estrés que perciben, y los autores las codifican y cuantifican.
Las personas entrevistadas citan 59 impactos a la salud y 13 condiciones estresantes que relacionan con el fracking. En general, el síntoma más frecuente es el estrés y lo sienten hasta el 80% de los entrevistados; además, se mantiene alto y constante en el tiempo. Los impactos a la salud llegan, algunos de ellos, hasta el 50% y los más extendidos son picores, dolor de garganta, malestar y general y dolores musculares, diarrea, falta de aliento e irritación nasal y ocular. Los impactos sobre la salud crecen con el tiempo entre ambas tandas de entrevistas, al contrario que el estrés, que se mantiene.
*Farrar, K. y 7 colaboradores. 2013. Assessment and longitudinal analysis of health impacts and stressors perceived to result from unconventional shale gas development in the Marcellus Shale region. International Journal of Occupational and Environmental Health 19: 104-112.