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Eduardo Angulo Pinedo

Cine, literatura y medio ambiente

Jardines urbanos

En un paisaje urbano de cemento, cristal, hierro, asfalto, tráfico y ruido, un poco de verde, un jardín, unas flores, unos árboles, césped, siempre se agradece. Y no solo porque alegra la vista y el ánimo, sino también, como nos dicen Thomas Pugh y su grupo, de la Universidad de Lancaster, en Inglaterra, porque la vegetación contribuye a retirar contaminación del entorno urbano.

La contaminación atmosférica causa más de un millón de muertes al año en todo el mundo. Es más abundante y peligrosa en las ciudades y, además, en el Primer Mundo, sobre todo debido al tráfico. Los contaminantes más peligrosos son el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono, el dióxido de sulfuro y la materia particulada de tamaño microscópico, llamada PM. Todos estos contaminantes causan o agravan las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. La concentración de los contaminantes se puede reducir controlando las emisiones, provocando su dispersión y dilución, y aumenta la deposición sobre diversas superficies. Y aquí intervienen las plantas pues su superficie externa presenta una tasa de deposición mucho más alta que las superficies más duras, habituales en el suelo urbanizado y en los edificios de las ciudades.

Pugh ha trabajado con dos de estos contaminantes, dióxido de nitrógeno y materia particulada menos de 10 micrómetros (PM10; un micrómetro es la milésima parte de un milímetro). Ambos proceden, sobre todo, de las emisiones de los vehículos. En Londres, el 40% del dióxido de nitrógeno atmosférico es producido por los coches y el 80% del PM10 tiene el mismo origen. Los autores desarrollan un modelo del movimiento de los contaminantes por las calles de la ciudad, según la velocidad del viento, la altura de los edificios y la anchura de la calle.

Hasta este estudio se consideraba que la vegetación contribuía, por deposición, a la disminución de hasta un 5% de la contaminación atmosférica. Pero el modelo de Pugh propone que su contribución es ocho veces mayor, hasta un 40% para el dióxido de nitrógeno, cuando la vegetación, por ejemplo de hiedra, recubre las paredes o forma muros a lo largo de la calle. Con la materia particulada la eficacia es todavía mayor pues retiraría hasta el 60% de la presente en la atmósfera. Los árboles también son eficaces pero el resultado final es más difícil de calcular pues el movimiento del aire a su alrededor es más turbulento y complicado. Además, al no formar una cubierta continua de vegetación desde el suelo a la copa, la contaminación puede escapar entre el suelo y las ramas.

 

*Pugh, T.A.M. y 3 colaboradores. 2012. Effectiveness of green infrastructure for improvement of air quality in urban street canyons. Environmental Science and  Technology 46: 7692-7699.

Temas

La percepción social del medio ambiente a partir del tratamiento que recibe en el cine y la literatura

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