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Eduardo Angulo Pinedo

Cine, literatura y medio ambiente

Cine y Medio Ambiente. 6.- Un dragón en las aguas puras del Cáucaso

2005, Francia, 90 minutos, Título original: Un dragon dans les eaux pures de Caucase, Directora: Nino Kirtadzé. Premio del Cine Europeo al Mejor Documental (2005).

En la ex-república soviética de Georgia, en pleno corazón del Cáucaso, se encuentra la aldea de Sakiré, en el valle de Borjomi. Es un remanso de paz donde nace el manantial que produce las muy reputadas aguas medicinales de Borjomi. A través de este valle, la multinacional petrolera British Petroleum (BP) ha decidido construir un oleoducto que va a atravesar toda la región.
Los habitantes de la aldea no aceptan las indemnizaciones que les ofrece la BP. Consideran que el precio ofrecido es muy bajo y se niegan a vender sus tierras. El litigio termina en los tribunales y el juez falla a favor de la multinacional.
El proyecto de oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan, el mentado y terrible dragón, atraviesa Azerbaiyán, Georgia y Turquía y se considera de valor estratégico para toda el área. Lleva el petróleo desde el mar Caspio al Mediterráneo, mide 1760 kilómetros, y de ellos, 248 transcurren por Georgia.
Esta historia es la de una pequeña comunidad que, súbitamente, descubre la globalización y todas las dudas que suscita: ¿el oleoducto destruirá el valle, su modo de vida y su riqueza natural o, por el contrario, traerá la riqueza y la prosperidad? Se multiplican las asambleas y las discusiones, se crean enemistades y se suceden los cambios de opinión entre los habitantes del lugar, e incluso hay varias escenas en que se pasean, enfadados, con un hacha colgando del brazo.
Este es un documental con estructura de película de intriga, sobre unas personas llenas de dignidad, con un contenido tragicómico y que acaba, como quizá nuestro futuro, con una fiesta en un cementerio. Es una fiesta con comida, bebida, música de flauta y tamboril y motor de camión, de los camiones pesados que intervienen en la construcción del oleoducto.
A los habitantes de la aldea no les interesan las cuestiones ambientales y casi ni las mencionan: una única pregunta al representante de la BP planteada por la líder del pueblo sobre la posibilidad de accidentes y vertidos, al final de la película, como si la directora nos la quisiera presentar como la culminación de un proceso de concienciación ambiental de los aldeanos. No creo que sea lo que ocurrió; toda la historia demuestra que sólo les interesa cobrar lo más posible. Sólo alguno de los ancianos se indigna con la destrucción del paisaje o con el paso del oleoducto por el cementerio, o se enfadan porque los obreros extranjeros se bañan en su depósito de agua. En cambio, a la directora de la película le interesan el entorno natural, el modo de vida tradicional o el prestigio de las aguas medicinales, y nos lo muestra en la película en contraposición a la herida que el oleoducto va produciendo en el paisaje.
Ante el juez no niegan el derecho de paso al oleoducto, sólo piden una indemnización justa, y es lo que les promete el representante de la BP. Los aldeanos lo consideran como un triunfo y lo celebran con la fiesta en el cementerio.
Viven del ganado y del heno que recogen de los prados y almacenan, pero son muchos para tan poca tierra. Alguno lo pierde todo con el paso del oleoducto y a otro se le ve sacando patatas de un prado con heno; no tiene suficiente tierra como para dedicar una parte a sembrar sólo patatas. Son unas 250 familias (a pesar de las 350 familias apuntadas para cobrar de la BP), demasiadas para la economía tradicional de la zona. Alguno de ellos parece que quiere el dinero para empezar otra vida. Debe ser una zona con mucha emigración. Todavía no han aprendido a sacar rendimiento económico al entorno privilegiado en el que viven. En la actualidad, parte de la región es un Parque Natural e intenta promocionar el turismo de invierno y de la naturaleza y rural.
Es interesante el sistema de democracia popular con celebración de asambleas que utilizan para tomar las decisiones que afectan al pueblo, incluyendo la fuerte intervención de las mujeres, aunque se coloquen en lugares diferentes tanto en la asamblea como en el viaje en autobús o en la sala de juicios.
La directora, Nino Kirtadzé, nació en Tbilisi (Georgia), estudió literatura y fue profesora de universidad. Trabajó como periodista y asesora de la Presidencia de la República de Georgia. Ha sido corresponsal en el Cáucaso de las agencias France Presse y Asociated Press. Como directora de cine ha firmado Les trois voies d’Edouard Chevarnadze (2000), Il etait une fois la Tchétchénie (2001), Staline par Staline (2003), Staline, funérailles d’un dieu (2003) y Dites à mes amis que je suis mort (2004).

Temas

La percepción social del medio ambiente a partir del tratamiento que recibe en el cine y la literatura

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