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Siempre he creído, que para eliminar un problema, sea cual sea la naturaleza del mismo, hay al menos dos maneras positivas de hacerlo: eficazmente y eficientemente. De eso va el tema de hoy.
Sobre el reciente ataque “Martillo de Medianoche” llevado a cabo por EEUU sobre Irán, el informe detallado del Pentágono ha desatado una tormenta de declaraciones que ponen en duda su efectividad.
Mientras que el presidente, Donald Trump, repite a diario que el programa nuclear iraní ha sido “borrado del mapa” incluso llegando a comparar su resultado con el de Hiroshima, los informes de Inteligencia del mismo Washington indican que las bombas antibúnker y convencionales lanzadas podrían haber causado solo daños “menores”.
El senador republicano Lindsey Graham, dijo que las reservas de uranio enriquecido de Irán siguen siendo un misterio, que los emplazamientos para su fabricación habían quedado dañados, pero que “no se debería pensar que el problema se haya acabado, porque no es así”, ya que la capacidad de Irán para fabricar algunas bombas nuclearfes había retrocedido a lo sumo unos meses.
Y digo yo como ejemplo, que uno puede eliminar total y para siempre una cucaracha que haya tomado como residencia un delicado jarrón de cristal. La lógica aplicada al caso nos dice que debería hacerse con un insecticida en spray. Pero como no disponemos del mata cucarachas apropiado, recurrimos a la maza que usualmente utiliza un cantero picapiedras.
El procedimiento para eliminar el desagradable insecto podría ser obviamente en ambos casos muy eficaz. Pero la tal eficacia de la solución mediante la maza dejaría en entredicho su eficiencia, es decir, podría acabar con el problema planteado, pero a riesgo de destrozar también el costoso jarrón, lo que nos demostraría que para nada ha resultado eficiente. Este mismo argumento se hace extensivo a muchos gobiernos del planeta.
Hemos visto ya demasiadas actuaciones políticas y sobre todo militares en Palestina, Ucrania, Kurdistán, Georgia, Laos, Siria, Líbano, Afganistán, etc., donde se ha actuado con una eficacia rayana con el genocidio. Lo llaman “daños colaterales asumibles” que no son otra cosa que crímenes contra la humanidad. Se ha pretendido erradicar los problemas (sin lograrlo) a un costo inaceptable en vidas inocentes de civiles, entre los que siempre destacan los ancianos y los niños, que por no tener, no tienen ni familiares dolientes por haber sido también eliminados.
Todo lo anterior nos da la medida del cómo y del con qué la Casa Blanca norteamericana actual y muchos más, solucionan las problemáticas que se les presentan. Podrán ser muy eficaces (cosa que siempre pongo en duda) pero nada eficientes.
El mundo de hoy necesita con urgencia verdaderos estadistas que resuelvan los ingentes problemas que amenazan la seguridad misma del planeta, con “eficacia” pero teniendo muy en cuenta la “eficiencia” que sigue siendo fundamental.
En todo caso, existe la creencia popular, leyenda urbana o verdad científica que asegura que las cucarachas repoblarán la tierra si la humanidad se autodestruyera a causa de una guerra nuclear. Presunción que nos plantea después de todo que tal vez sean estos los únicos seres verdaderamente eficaces y al mismo tiempo eficientes.
Continuará…
Cantaclaro
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