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Si tomamos como punto de partida el segundo semestre del pasado año para el análisis de lo ocurrido en materia de política Internacional, con los cambios dimes y diretes que se están produciendo y otros tantos que ya se dan como cosa hecha, llegaríamos a la conclusión de que como nunca antes, el retorno de la democracia a Venezuela estaría a la vuelta de la esquina. Es mi opinión que en esta ocasión se da el caso cierto de ser tan posible como probable e inevitable.
Mientras tanto, la banda delincuencial que somete Venezuela, no escatima dinero y prepotencia en simular la tranquilidad del país, y singuen aplicando el manual cubano-castrista que distraiga la atención a los ingentes problemas que atenazan al sufrido pueblo que ve con impotencia cómo Maduro sigue en Miraflores. No hay día en que los personeros de mafias como los Rodríguez, los Cabellos, los Padrinos, los Maduros, etc. no nos den por TV las consabidas soflamas para tontos de capirote que acostumbran anunciar a gritos.
Ahora la narrativa efectista se concentra en unas elecciones regionales y otra reforma constitucional que respalde todos los agravios, vejaciones y afrentas que han cometido con esta, y ya de paso, añadir a su repertorio de sandeces, una situación de supuesta preguerra con el Imperio gringo, a propósito de las actividades de exploración petrolera de Exxon Mobil en aguas sin delimitar aledañas a Guyana, o sea, algo que haga desaparecer definitivamente de la memoria colectiva nacional y de ser posible internacional, los resultados electorales del 28 de julio y sus dichosas actas que nos iban a mostrar y seguimos esperando.
Pero no hay ser humano viviente en Venezuela que les crea, incluyendo los propios estómagos agradecidos del sistema, que ya preparan el terreno para lo que se avecina, que con una actitud degradante e indigna intentan lavar las culpas de haber sido complacientes con este régimen maldito.
Otro dato que les hace pisar a fondo el corre-corre al inodoro del retrete, es la nota del diario New York Post, que publica haber obtenido de un alto funcionario del Gobierno Trump, un comentario según el cual, los representantes del partido Republicano: María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez, el secretario de Estado Marco Rubio y el consejero de Seguridad Nacional Mike Waltz, forman parte de un grupo muy cercano a Trump, que apoya decididamente a Maria Corina Machado por su liderazgo y preparación, quien será con toda seguridad la persona que conducirá Venezuela por la vía de progreso, seguridad y amistad con EEUU.
El tema Venezuela tiene para mí en lo personal, un valor bilateral, no es ningún secreto que mis preferencias y convicciones políticas estén absolutamente opuestas a toda dictadura, sea como sea y venga de donde venga, siendo ese mi principal capital socio-político que además de cierto es irrevocable.
La situación de Venezuela en estos tiempos de supuesta revolución, tiene a mi modo de ver y sentir un par de elementos que se encuentran necesariamente vinculados. Una parte contiene mi rechazo total a ese sistema criminal que ha desertizado lo que alguna vez fue una verdadera tierra de gracia. Y la otra, que la única opción efectiva que hay capaz de revertir la situación, sea la intervención de una fuerza superior armada. Lo que plantea el siguiente detalle:
Si el único poder capaz de aniquilar el monstruo devorador que ha destruido el país hasta los cimientos, es generado por esa nación que sigue como la sombra al cuerpo los mismos oscuros designios, motivaciones y maneras de actuar del que debería eliminar, ¿cómo podemos conciliar ese dilema, sin pegarle cuatro tiros a los principios morales que tanto nos preocupan?
Ahí está otra de las madres del cordero… continuará.
Cantaclaro
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