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El ser humano posee (en mayor o menor grado) bien por naturaleza o adquirida durante su vida, una singularidad que lo distingue de los demás por su forma de ser y en consecuencia su modo de actuar, definidos como su “carácter”.
Personalmente, creo que el cúmulo de situaciones (por extremas que sean) que a todos se nos pueden presentar en el transcurrir de nuestra existencia, son susceptibles de solución favorable aplicándole una buena dosis de “carácter”. Por el contrario, puede “rendirse” a la circunstancia negativa del momento, y aceptar que condicione nuestra vida.
El salir airoso, o vencido e incapaz de afrontar las crisis, dependerá de la capacidad que uno tenga de sobreponerse a las adversidades…con su “carácter”. Para las personas con “carácter” no existe el término general que define la vida como injusta y dura, sino de momentos complicados, difíciles pero nunca insuperables si les aplicamos “carácter”.
Afrontar las adversidades con humor es propio de personas con “carácter”. De hecho, estas personas a menudo nos sorprenden por su buen humor, por su forma “chistosa” en que refieren las cosas, y nos hacen preguntarnos ¿cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, después de tantas batallas (muchas de ellas en “apariencia perdidas“) puedan afrontar la vida con una sonora carcajada?…es posible, porque hay “apariencias que engañan“.
Todo en esta vida (incluyendo la política) es cosa de tener o no tener…”carácter”.
A buen entendedor…
Cantaclaro
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