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Venezuela ha padecido y sigue padeciendo, desde hace al menos 25 años, un inaudito castigo causado por una pandilla inepta y corrompida, que ha desembocado en una desertización económica, moral, cultural y social, ante nuestros ojos y el de todo ser humano que lo quiera ver.
Medioambiente
El litoral del país, especialmente las costas en los estados Falcón y Zulia, sufren la asfixia de los derrames petroleros. El lago de Maracaibo, cubierto por un moho o lo que sea que es, apestoso y repugnante. El de Valencia, una inmensa cloaca a cielo abierto.
La Guayana y el resto del estado Bolívar agoniza en manos de garimpeiros brasileños, guerrilleros colombianos y pandillas hamponiles comandadas por un tal “Nicolasito” hijo del dictador Maduro. Por cierto, este “estadista en ciernes” está llamado a ser el futuro Díaz-Canel de Venezuela… ojito con el tipo.
Servicios – Salud – Educación – Seguridad
Los venezolanos viven en condiciones de máxima precariedad, sin suministros tan elementales como agua, luz eléctrica, limpieza de calles y recogida de basuras. Hay carencia de condiciones mínimas de salud, educación y seguridad ciudadana. No hay familia que no haya sido víctima del crimen y de la desatención hospitalaria.
Venezuela lleva casi tres décadas (lo hemos venido denunciando) en esas condiciones de extrema precariedad, se está deshaciendo como un terrón de azúcar en café.
El ocupa e impostor que pretende quedarse aún más tiempo en el poder, le ha hecho y hace oídos sordos, a todo lo que tenga que ver con temas como los señalados, actúa con base en su preeminencia: seguir en el machito hasta morir en la cama, y después de ello el Diluvio Universal para todos.
Aunque haya sido derrotado y humillado en las elecciones recientes, se aferra al poder y ha designado un nuevo gabinete integrado por traficantes de drogas, asesinos, ladrones y publicistas de ideologías fracasadas.
Nunca, en la historia, la presidencia de la Nación, había estado en manos de gentes tan ineptas y tan carentes de ética, decencia y honradez. Muchos de los miembros de la banda, se encuentran sancionados por las democracias de América y Europa y algunos hasta tienen su cabeza puesta a precio, por narcotráfico y violación de derechos humanos.
Todos sabemos lo difícil que es resistir bajo este clima de terror, en el cual los militares están sometidos al control y vigilancia de una cúpula dirigida por Cuba, Irán, China y Rusia (según el sector y la zona que controlen) y la sociedad civil, sigue limitada hasta en su manera de peinarse por las policías represivas y por los grupos motorizados irregulares armados hasta los dientes, verdaderas sub-pandillas que controlan los territorios de menor rentabilidad.
Para terminar diré, que Venezuela está ante una encrucijada de caminos… en la que uno conduce a la esclavitud totalitaria cubana, y el otro a la libertad y progreso.
Es reconfortante y tranquilizador el hecho de que ya la Nación entera decidió qué camino seguir.
Cantaclaro
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