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El proceso de elecciones del próximo 28 de julio en Venezuela se desarrollará sin respeto a los derechos humanos ni a las libertades fundamentales, sin Estado de Derecho, sin separación e independencia de los poderes públicos, con presos políticos a granel, exiliados al por mayor y con terrorismo de Estado.
El guion que aplicará el usurpador presidente actual y próximo candidato, es una fotocopia de las elecciones que usualmente aplican las llamadas “dictaduras electoralistas” para tratar de legitimar su criminal permanencia indefinida en el poder.
En Venezuela, son elecciones en dictadura, son el circo del socialismo del siglo XXI (castro-chavismo), en las que el dictador–candidato Nicolás Maduro, repudiado por más del 80% de supuestos electores, está repitiendo el libreto que lo declarará multitudinario ganador.
Son elecciones fraudulentas por definición y muy propias de gobiernos totalitarios, rechazados y temidos por la sistemática violación de derechos personales, miseria e inseguridad a la que han llevado a los pueblos que han gobernado y en algunos países aún gobiernan, convirtiéndolos en lo que hoy conocemos como “dictaduras electoralistas”. Es decir, son regímenes donde el pueblo vota pero no elige.
Decía tiempo atrás en entrada referida al tema, que en ente tipo de elecciones pasa lo que en los restaurantes de esos “chefs televisivos de estrellas y cuentos”… todo el mundo sabe que allí no se va a comer, se va a que le jodan a uno.
En la Venezuela de estos espantosos tiempos vene-cubanos de oprobio y ruina, se han realizado todas las elecciones y han sido muchas, bajo el clásico “terrorismo de estado cubano-comunista”, donde los perseguidos, los presos políticos, los exiliados, los asesinados, los líderes de oposición inhabilitados, las organizaciones políticas proscritas etc.etc. son moneda de uso corriente.
En la Venezuela de estos trágicos tiempos, ha desaparecido el sufragio universal limpio y mínimamente creíble. Estos asaltantes manipulan el padrón electoral, el número, la ubicación, su condición político social, las autoridades electorales y todo el aparato legal.
Escogen los candidatos oponentes, creando la “oposición a la carta”, como lo han hecho con las inhabilitaciones truculentas de María Corina Machado y con Corina Yori.
Pero la situación real y objetiva es de una clarísima derrota del dictador-candidato Nicolás Maduro quien, de acuerdo a infinidad de encuestas independientes, tiene un respaldo del 9% frente al 70% del candidato opositor Edmundo González Urrutia.
En estas condiciones solo otro fraude dictatorial masivo puede alterar los resultados y en eso el Socialismo del Siglo XXI tiene amplia experiencia y éxito.
A que sí, Sr. Rodriguez Zapatero…
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Cantaclaro
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