>

Blogs

El mirador del indiano

Conociendo al personaje (Johnny Abbes García)

El personaje de hoy, fue el Director del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) de La República Dominicana, un siniestro aparato de investigación política sin precedentes en la convulsa historia sudamericana del siglo XX.

Puesta en servicio por el paradigma de dictadores latinoamericanos, General Rafael Leonidas Trujillo, también conocido como el “Chivo”, “Chapita”, “Benefactor de la Patria” y “Generalísimo.”

El SIM fue una poderosa organización que aterrorizaba a todo ser viviente, con su metodología de asesinatos y torturas, teniendo en su nómina a miles de agentes secretos diseminados por toda América Latina, entre los que había desde limpiabotas y altos funcionarios hasta oficiales militares de rango superior, médicos, periodistas, abogados, etc.

Entre sus funciones estaban las de vigilar a la población del lugar donde actuaba, descubrir a los detractores de Trujillo, y en la mayoría de los casos, darles la peor de las muertes posibles, a los fines de ejemplarizar a la población. Disponía de varios centros donde se sometía a los infortunados detenidos a los más crueles e infernales suplicios, todos ellos ordenados por Johnny Abbes García, cuya crueldad y sadismo eran legendarios.

Ni corto ni perezoso, a la luz de los resultados obtenidos, Abbes le propuso a Trujillo crear una red de espías a nivel internacional, con el propósito de hacer frente a los exiliados y al comunismo internacional. Trujillo aceptó complacido, y le dio carta blanca para que contactara con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), con el ofrecimiento de pasarle informaciones de seguridad y defensa, útiles para ambas partes.

Así pues, el personaje que señalo hoy, se había convertido en uno de los hombres de mayor importancia y confianza de Trujillo, así que, fue nombrado como inspector de embajadas y consulados, lo que le confería status diplomático y le permitía moverse libremente para cumplir con la misión encomendada, en la que sobresalía el envío de informaciones de importantísimo valor para el dictador dominicano.

En su nuevo cargo, reclutó a exagentes de la CIA y a mercenarios de la Europa del este comunista, expertos en torturas y asesinatos. Estos “asesores” entrenaron al personal dominicano que se ocuparía posteriormente de poner en práctica las “actuaciones”.

Los métodos de torturas aplicados se vieron “modernizados”, con todo tipo de artilugios propios para su función. La especialidad fue la llamada silla eléctrica de Abbes. Consistía, literalmente, en “asar lentamente al sujeto interrogado, en una silla electrificada”, espantoso método con el que murieron tantos infelices.

Este siniestro personaje, el 4 de junio de 1960, tuvo participación directa en el atentado con dinamita contra el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, a quien poco le faltó para perder su vida, y en el que murió uno de sus guardaespaldas.

El atentado dio lugar a una apresurada conferencia celebrada en San José de Costa Rica, en que la Organización de Estados Americanos (OEA) impusiera severas sanciones políticas y diplomáticas a la República Dominicana.

Sucesivamente, Abbes se vio involucrado en gran número de fechorías, que uno recuerde y fueron publicadasel magnicidio del presidente de Guatemala, Carlos Castillo Armas, el intento fallido de asesinato contra José Figueres, presidente de Costa Rica, la eliminación de todos los testigos del secuestro en EEUU del profesor vasco Jesús de Galíndez y la fallida invasión a Cuba que estuvo al punto de matar a Fidel Castro.

El asesinato del escritor y catedrático universitario Jesús de Galíndez Suárez, secuestrado en la estación 59 Columbus Circle del metro de Nueva York el 10 de octubre de 1956, (cuando regresaba de impartir docencia en la Universidad de Columbia) marcó una cuenta regresiva, para el final del dictador y su sangrienta trayectoria de 31 años de tiranía.

El motivo de Trujillo (que nunca necesitó motivo alguno para hacer de su capa un sayo) para ordenar el secuestro de Galíndez, fue que el escritor, catedrático universitario, jurista y destacado político vasco en el exilio, en su tesis de grado para optar a la cátedra de periodismo de la Universidad de Columbia, que posteriormente fue impresa en libro, “La Era de Trujillo”, criticaba y acusaba tenazmente la criminal dictadura del tirano caribeño.

En al temeraria acción de secuestrar al vasco, intervinieron el mayor general dominicano Arturo Espaillat Rodríguez, los hermanos Félix Wenceslao y Minerva Bernardino, los españoles Félix Hernández Marques (alias El Cojo) y su amante Gloria Viera, todos ellos esbirros a sueldo y sicarios de la tiranía trujillista.

El operativo se completó con el traslado encubierto a Ciudad Trujillo en una avioneta Cessna pilotada por el norteamericano Gerald Lester Murphy desde el aeropuerto neoyorkino de Amythville, con escalas en Atlanta, West Palm Beach, Nassau (Bahamas) hasta llegar a Montecristi en República Dominicana, donde le aguardaba en otra avioneta el teniente Octavio De la Maza Vásquez, y de allí a Ciudad Trujillo.

Galíndez había sido adormecido con algodón empapado de cloroformo, luego drogado, y conducido ante el Generalísimo que aguardaba en su hacienda Fundación, a un todavía adormecido Galindez, que despertaba amarrado en una silla, frente a aquel tirano en persona, que tanto había condenado.

Se dice que Trujillo, completamente frío e impasible, hizo tragar a Galíndez varias hojas del libro de sus pesares, enviándolo después a un antro de torturas, donde fue asesinado, descuartizado y arrojado al mar como alimento de tiburones.

Todos los actuantes en el secuestro y transporte de Galindez, fueron a su vez eliminados. El ideólogo de todo este trágico episodio no fue otro que Johnny Abbes García.

En 1957 se trasladó a Haití, para financiar y ayudar la llegada al poder a otro impresentable como François Duvalier (alias Papa Doc) que a la postre, se convertiría en otro paradigma de dictadores y competidor directo en el oscuro arte de asesinar sin piedad a cualquier eventual opositor o sospechoso de serlo. Este siniestro personaje, con su panda de Ton-Ton-Macoutes, se ocuparon eficientemente de sembrar el terror en Haití.

No está claro este hecho, pero se aseguró y todas las evidencias encontradas así lo confirmaban, que Abbes trató de pasarse de listo con el dictador Duvalier, que descubrió un complot para asesinarle, supuestamente ideado por el propio Abbes y su yerno el coronel Max Dominique.

La investigación para determinar con certidumbre el plan contra Duvalier, fue confiada al coronel Leslie, quien desde siempre había mostrado gran rechazo a Johnny Abbes, cuya presencia en Haití fue vista desde el primer día con recelo en los círculos militares del país vecino.

El informe del coronel Leslie describía a Abbes como el “artífice del plan”. La reacción del perverso dictador haitiano no se hizo esperar.

El 30 de mayo de 1967, la casa de Johnny Abbes García en Puerto Príncipe fue asaltada por un grupo de siniestros Ton-Ton-Macoutes, y mataron no solo a Abbes, sino a su esposa e hijos, a 4 guardaespaldas, a 3 sirvientas, a un jardinero, a 2 perros, a un loro y a unos pobres patos, mascotas de sus hijos. La casa fue luego incendiada, para que no quedara el menor rastro del personaje que les he presentado hoy.

Con esta nota, he intentado refrescar la memoria de muchos que, como el que esto suscribe, vivieron en directo estos acontecimientos que de algún modo marcaron el camino de nuestras inclinaciones y preferencias políticas.

El ilustre premio nobel Mario Vargas Llosa, con su magia literaria, le dedicó a este mismo tema muchos lugares y situaciones que nos son comunes, y describen a la perfección lo que he tratado de contarles hoy aquí. Su invalorable novela “La fiesta del Chivo” es en mi opinión lo mejor que se ha escrito sobre este asunto.

Este tipo de cosas y otras como estas… fueron las “culpables” de las tendencias, preferencias o parcialidades políticas propias, y de aquellos veteranos de mi generación radicados en América.

Veteranos de las mil batallas ideológicas en que participamos, y que todavía hoy, alguna de ellas, sigue activa. Por mi parte, me reafirmo en la intención de seguir en la trinchera hasta que el cuerpo aguante… nos negamos a darla por perdida.

Cantaclaro

Temas

Sobre Venezuela en estos infaustos tiempos de supuesta revolución...

Sobre el autor


septiembre 2023
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930