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Los desconcertados personeros del gobierno están fervorosamente postrados en torno a la cama de su enfermo lider paracaidista teniente coronel, hoy visiblemente “perjudicado” por las intervenciones quirúrgicas que le practicó uno de los insignes médicos cubanos que el padre putativo del paciente no mandó para Venezuela.
Traducido a un lenguaje llano, bien criollo y comprensible, ello significa que están “guindados de la brocha” y se vigilan unos a otros “como gallina que mira sal”.
Esos babosos asustados que no supieron manejar de forma mínimamente seria una situación tan simple como la información sobre la enfermedad terminal de su único líder y, (guste o no) presidente de todos los venezolanos, se enredaron como perro en patio de bolas criollas y estan ahora en desesperado pánico por salvar sus frágines pellejos o (auque sea fallo) los muebles de la quema.
La ausencia del hombre de la boina roja dejó al descubierto que el gobierno en Venezuela no funciona ni con él ni sin él. Los altos funcionarios, los ministricos de pacotilla y ese Congreso de Diputados de utilería, no han tenido capacidad ni poder de decisión alguno para tomar una sola resolución referida a la gobernabilidad de la nación.
El desconcierto que causó no oír las órdenes del amo, se apoderó de los funcionarios de enchufe, y los venezolanitos de a pie vieron un “vainero” aun peor que durante la “normal ineficiencia” de los 14 años y pico de desgracia Socialista del Siglo XXI.
Los escribidores chupamedias de pago, se pusieron más virulentos que nunca antes y enfilaron sus baterías contra todo lo que se moviera en dirección distinta a la que apuntaban desde la cubana isla de la felicidad.
Pusieron caras largas y lloraron a manta (cómo no) por la perspectiva de perder hasta la gracia santificante de su lider, y no se les ocurrió otra cosa que arrecharse con el país entero, “escualidos” incluidos, como si fueran ellos los culpables de la enfermedad del amoroso–comandante-presidente-líder de la super gran patria venecubana.
Con la ausencia del comandante del micrófono, lo que quedaba de la montonera se dedicó a exigir respeto y amor de la nación toda, por el “primer enfermo” del país, pero a esos dechados de repentinas virtudes espirituales se les olvidó que “amor con amor se paga” y un gentío no pudo dejar de pensar en los presos políticos personales del mandamás ausente que están en las malas, y con los que el paracaidista de marras había sido insensiblemente cruel.
Durante más de 12 años los venezolanos han sido irrespetados, insultados y despreciados desde la cúpula del poder que se empeñó en sembrar odio, enfrentamiento, división y separación entre sus compatriotas, y ahora pretenden que los frutos sean diferentes a lo sembrado.
Una espina no se transforma en rosa, y así como el amor obliga, el oprobio también, o lo que es lo mismo: el que a hierro mata no puede pretender morir a sombrerazos.
¿Piden humanidad? ¿respeto? ¿ahora es que lo hacen?, en 15 años ese sufrido pueblo ha soportado desde arriba tantas amarguras, tantos abusos y tantos desengaños que poco puede importarle que su causante vaya a morir de la peor enfermedad.
Tarde piaste pajarito…
Cantaclaro
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