Los recientes sucesos de Honduras, me obligan a poner hoy sobre el tapete un tema que además de actual es insoslayable. Me refiero a los golpes de estado.
Antes de seguir debo aclarar que como ciudadano universal, desapruebo el recurso de la vía del hecho consumado, como forma de dilucidar cualquier tipo de problema, incluyendo por supuesto el político.
Actualizarse, modernizarse o …
A mi modo de ver, los golpes de estado “modernos” adquieren ciertas características que los organismos internacionales como la OEA parecieran desconocer. A diferencia de los golpes “tradicionales”, los golpes de estado actuales se realizan no contra del Estado, sino “desde el mismo Estado”.
Da la impresión que la ciencia política está desfasada en lo que al nuevo tipo de golpismo que avanza inexorable a lo largo de América Latina se refiere. A diferencia de los golpes de Estado cuyos ejecutantes se hacían de inmediato con todos los resortes del poder, la nueva modalidad se desarrolla ahora de forma gradual y progresiva.
Un día si, otro también
El caso más paradigmático de lo que digo arriba se halla sin duda, en la Venezuela del Tte. Coronel Hugo Chávez. Un buen día este hoy adalid de la Democracia, destituyó un alcalde, otro un gobernador (de oposición claro) otro asaltó las instituciones públicas.
Asaltó la Defensoría del Pueblo, Controlaría, Tribunal Supremo de Justicia y Tribunal Constitucional, otro expropió empresas privadas pagándolas con bonos basura, otro militarizó las públicas, otro verticalizó los sindicatos, otro puso cerco a las universidades condenándolas a desaparecer por falta de presupuesto, otro ilegalizó a todo dirigente político que pudiera hacerle sombra en unas elecciones ya de por sí fraudulentas, otro encausó con cargos falsos que no resisten el menor análisis a los que, no obstante lo anterior ganaron, obligándolos a huir al destierro, otro cerró un medio audiovisual, otro un impreso, otro ….
¿La OEA ?… bien gracias, ¿las Naciones Unidas?… también
Esta crisis hondureña ha puesto de manifiesto como nunca antes, la inoperancia tanto de la OEA como de las Naciones Unidas. Si bien es cierto que en el caso de la primera, esta organización solo ha servido desde su fundación para volver autistas a sus secretarios generales y legitimar los desaguisados regionales de algunos miembros impresentables, al día de hoy, la vemos plegada a intereses de nuevo diseño.
Ahora sigue, como la sombra al cuerpo, las maromas del trapecista Secretario General del circo que ha montado el presidente comandante venezolano. Es realmente patético ver como una gran “personalidad” como el chileno Sr. José Miguel Insulza hace toda suerte de piruetas increíbles cuando le toca realizar su número.
El gorila venezolano declara a los cuatro vientos, que está dispuesto a hacer valer, hasta con la guerra, los 990 mil votos que sacó Zelaya hace tres años y pico, pero los 750 mil de Antonio Ledezma alcalde electo de Caracas, se los pasa por el forro de sus huesos con pasmosa tranquilidad. Y lo peor del caso es que la OEA no se ha dignado siquiera emitir una triste declaración condenatoria, no ha pasado nada, nadita de nada. ¿Será que su flamante Secretario General está sufriendo algún tipo de ataque (selectivo) de sordera y ceguera también general?.
¿Se olvida Ud. Sr. Insulza de las constantes agresiones directas, diarias, verbales y de hecho, a la región por parte del comandante de moda? ¿Tampoco se acuerda Ud. de esas amenazas (Venezuela es una potencia, aulla a cada momento) de intervención armada con su flamante ejército modernizado y repotenciado por Rusia, en cualquier país del ALBA donde supuestamente fuera puesta en peligro “su estabilidad”?
¿Donde ha estado Ud. metido que no se ha enterado de los desmanes que a diario sufre Venezuela? ¿Donde está su voz (porque que se sepa mudo no es) cuando este nuevo Mesías libertario, insulta, amenaza y se burla con lenguaje de carretero borracho, a todo hijo de vecino?.
Cuando visitó Tegucigalpa ni se molestó en disimular su irrespeto hacia los hondureños, nadie se salvó de sus “chistes”. Ni siquiera el (aún no plegado a sus designios) presidente Zelaya, a quien llamó “comandante vaquero de película del oeste” se libró de su mala baba. A Ud. mismo Sr. Insulza le ha dedicado perlas como estas: vasallo del Imperio, inútil y pendejo ¿se acuerda?.
El mico-mandante está acostumbrado a hacer de su capa un sayo, para algo ha sembrado de petrodólares la región. Todos saben lo que hace y deshace este Mesías bolivariano uniformado de Armani, pero le aplauden como focas amaestradas o sencillamente miran para otro lado. Incluyéndole a Ud. Sr. Isulza.
En cuanto a las Naciones Unidas, qué decir. En todos estos años ¿de qué han servido?, ¿alguien recuerda Palestina? ¿sobre Irak ya nadie dice nada? ¿alguno se ha tomado la molestia de contar cuantas de sus resoluciones se ha cargado el Estado de Israel?
Para concluir diré que en todo conflicto o problema siempre hay alguien que recurre al manido expediente de crear un chivo. Y no me refiero (aunque también) a aquel que con su magia literaria nos mostró en su obra La fiesta del Chivo, hace ya algunos años el ilustre escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Es este un nuevo chivo que a todos contenta, que a todos satisface: a la OEA y la ONU, porque después de tantas resoluciones incumplidas contra países “intocables”, les da la oportunidad de acreditar (la soga se rompe siempre por el punto más débil) la “razón de ser” de ambas organizaciones.
A los EEUU. porque su recién estrenado gobierno tiene la ocasión perfecta para persuadir al mundo de que su nueva política de intolerancia a “dictaduras latinoamericanas” rompe con todo lo anterior y es la línea a seguir en el futuro próximo.
Y por último a Chávez y su combo, porque le proporciona la oportunidad de oro para “justificar su injustificable” política expansionista, otorgándole de alguna manera la patente de corso para seguir haciendo y deshaciendo tanto interna como externamente lo que le venga en gana.
Si, hoy en Latinoamérica hay un nuevo chivo, un chivo expiatorio cuyo nombre es Honduras.
Cantaclaro
…
…