Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza ya están descansando en su tienda a 10 kilómetros y medio del aeropuerto cercano a la
, donde un avión Hércules les ha depositado a las 03:00 de la madrugada de hoy. Tras dormir apenas 4 horas en la base, han montado sus trineos de 180 kilos, se han calzado las botas y los esquís y han comenzado la larga, helada y solitaria travesía que llevan dibujada en sus cabezas: 3.700 kilómetros hasta Bahía Hércules pasando por el Polo Sur, una ruta jamás realizada. Tenían ganas de empezar.
La voz del navarro Mikel Zabalza en el teléfono satélite sonaba clara aunque cansada, “Nos hemos pegado una caminata tremenda. Estamos ya a 800 metros sobre el nivel del mar y aunque hemos sacado las cometas, el viento en contra nos desviaba de nuestro rumbo y la mayor parte la hemos hecho andando y arrastrando los trineos. Lo peor es que el terreno está muy accidentado. Nos dicen que este invierno ha nevado muchísimo y el viento ha soplado fuerte, por lo que el terrerno está muy mal, lleno de sastruguis (profundos surcos que el viento cava en la superficie del hielo). Los trineos se clavaban en el suelo y ha sido duro avanzar”. Además, ha añadido que no hace mucho frío, tan sólo 10 bajo cero, lo que mantiene la nieve blanda y dificulta aún más el avance de los trineos, que se clavan continuamente en el suelo.
Todavía les quedan varias jornadas de permanente ascensión, ya que la meseta antártica se encuentra a una altitud media de 2.000 metros, lo que le convierte en el continente más elevado del planeta.
Fotos cortesía de la Expedición BBK/Naturgas Antartika 2011.