Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, los tres integrantes de la expedición vasca Naturgas Makalu’09, están ya en casa, y esta mañana han comparecido ante los medios de comunicación para relatar los pormenores de su aventura, el intento de coronar la quinta montaña más alta de la Tierra por su vía más difícil y estética, el Pilar Oeste, en estilo alpino. Los tres han subrayado el valor de la experiencia, pese a no conseguir el objetivo previsto debido a una climatología extraordinariamente adversa que ha dado al traste con uno de los proyectos más interesante y arriesgado de la temporada ochomilista. “La sensación que te queda es un tanto agridulce porque hemos puesto toda nuestra ilusión, pero hay que destacar que, de cara al futuro, ha sido una oportunidad muy buena para aprender a desenvolvernos en el estilo alpino y que los tres estaríamos encantados de volver a intentarlo y de planear nuevos objetivos, siempre con este mismo estilo”, ha resumido Alberto Iñurrategi.
Pese a todas las dificultades, los tres alpinistas se han mostrado satisfechos con la elección tanto del estilo como de la ruta. “El estilo alpino te obliga a prescindir de todo lo innecesario, a mirar mucho el peso, a ajustar mucho al planteamiento al objetivo. Esta modalidad, sobre todo en estas montañas tan grandes es el resultado de muchas experiencias, de las muchas expediciones en que hemos participado los tres antes. Es una lástima que este estilo, que es el más natural, más limpio y puro se utilice tan poco”, ha lamentado Iñurrategi. En este sentido, el atxabaltarra no consideran que ellos sean “unos bichos raros” por asumir ese estilo. “en todo caso, los bichos raros son otros, los que no respetan ni su condición ni a la montaña con ascensiones que dejan mucho que desear”. De todas formas, Alberto huye de polémicass: “yo respeto el estilo que cada uno decida emplear, pero creo que deben existir unos límites éticos, personales, a la hora de afrontar estas montañas”.
El trío iba preparado para enfrentarse a la vía, pero con lo que no han podido ha sido con los elementos, con esa espada de Damocles del alpinismo llamada meteorología : “El mal tiempo estaba en las previsiones. Nos habían avisado de que este invierno había sido especialmente seco y de que el mes de abril también había sido muy bueno, con muy pocas precipitaciones, con lo que el mal tiempo no había hecho su aparición y tenía que hacerlo tarde o temprano. Mayo ha sido lo suficientemente malo y ventoso como para impedirnos hacer esta ruta y obligarnos a renunciar”, ha explicado Mikel Zabalza.
“Fueron unos diez o quince días de ‘agonía’, de ver que el tiempo no mejoraba. Pero una vez que tienes los partes, que ves que el mal tiempo persiste y que los días antes de la llegada del monzón se agotan, no te queda más remedio que tomar esta decisión. No hay otra posible. Realmente ha sido un año con un tiempo muy extraño en el que no hemos tenido ni los tres o cuatro día buenos que hay siempre para haber podido intentar la ruta. Hemos tenido muy mala suerte; el tiempo no nos ha dejado ni intentarlo y eso es lo que más nos duele”, ha coincido Juan Vallejo.
Por lo demás, si los tres alpinistas estaban ya seducidos por el Pilar Oeste, tras acariciarlo directamente durante los dos intentos que han realizado y verlos casi a diario durante los 40 días que han estado en el campo base han vuelto definitivamente enamorados de él: “La ruta es la más bonita. La escogimos por lo directa y vertiginosa que es. Los montañeros en el fondo siempre estamos buscando la belleza y el Pilar Oeste era la ruta más bonita”, ha insistido Mikel Zabalza. “Quizá dentro de unos años podamos volver a intentarlo. Dejaremos un tiempo antes de intentar esta aventura, pero para el año que viene ya tenemos tres o cuatro cosillas pensadas para repetir con el estilo alpino”, ha subrayado Juan Vallejo.