Continúan llegando a nuestra redacción los calendarios con las salidas de los clubes de montaña de nuestra geografía. Unos lo hacen en soporte papel y otros por correo electrónico.
En ellos se detallan las excursiones de las distintas entidades montañeras a lo largo de este año que comienza y que de momento, salvo en los Pirineos, no está siendo de nieves.
En los calendarios se constatan dos aspectos importantes. El primero, que los clubes de montaña gozan de buena salud, tanto en afiliados como en el número de federados que aportan. El segundo, que las salidas de montaña, salvo las mañaneras y no todas, se vuelven a realizar en grupo y en autobús.
Aquellos tiempos en los que el Juventus, Alpino, Club Deportivo, Tabira de Durango, etc. organizaban uno y hasta dos autocares o se subía en tren a Izarra o Espinosa de los Monteros son irrecuperables, pero se está volviendo al transporte colectivo, sencillamente por una cuestión práctica y de bolsillo. Con la gasolina a más de un euro el litro no hay economía que resista a tanta salida y excursión de fin de semana como nos hemos acostumbrado.
Con esta nueva actitud de los montañeros, se refuerzan los vínculos (y también las broncas) entre los montañeros de una misma entidad, y cimas lejanas, poco visitadas o desconocidas se convierten en asequibles.
Basta echar un vistazo a un calendario cualquiera. en este caso concreto el del Goigain MT de Bilbao, y constatar que incluyen cimas menores, entretenidas y poco visitadas como Gobera en Ircio, en los montes Obarenes; los complicados Picos de Ozalba en Celís (Cantabria) ; Mullir desde el collado del Esquilo, en el valle de Aras; Urdelar, en Berástegui; Arañotz desde Iraioz o el modesto Astobiza desde Barambio.
Junto a estas cimas se incluyen las más conocidas. Es la tónica de los clubes, salvo alguno muy elitista, que con sus salidas ayudan a conocer nuestras montañas y de paso a proteger y mantener caminos y vericuetos que de otra manera se perderían. Bienvenidos sean.